Paseo Arauco

La idea de abrir al tránsito vehicular el paseo Arauco, de Chillán, ha generado un debate ciudadano que reafirma la importancia de este hito urbano, pero también obliga a reflexionar sobre el proceso de deterioro que viene experimentando el centro en los últimos años.
La Cámara de Comercio le propuso al municipio chillanejo abrir al paso de vehículos, de manera temporal, el Paseo Arauco, mientras dure el corte de calle 5 de abril, como una manera de descongestionar el tránsito en el centro, pero también argumentan que esto permitiría potenciar el comercio y brindar mayor seguridad.
Si bien el argumento de la descongestión vehicular no tiene gran asidero técnico, dado que los flujos de ambas calles son opuestos; es clave poner atención a los beneficios que esta medida tendría principalmente en materia de seguridad.
La alta vacancia de locales comerciales en el Paseo Arauco se relaciona con variables como la caída en las ventas, el incremento de las incivilidades y la percepción de inseguridad, lo que ha contribuido al evidente deterioro, con fachadas que exhiben escasa mantención y la presencia de vendedores callejeros ilegales.
Según el arquitecto y urbanista Miguel Pino, “está comprobado que la peatonalización de las calles 24 horas del día propician las incivilidades porque son espacios abandonados que no tienen control visual ni social. Cuando se pensó originalmente en el Paseo Arauco, la idea era dejar tránsito vehicular nocturno desde las 19.00 horas en adelante, que es justamente cuando el comercio no funciona y así evitar que sucedan las incivilidades que hoy día suceden en el Paseo Arauco”.
Desde esa perspectiva, el municipio podría analizar y evaluar la implementación de una apertura parcial al tránsito vehicular, en una vía de 3,5 a 4,0 metros, a partir de las 19.00 horas, con el objetivo de desincentivar la ocurrencia de incivilidades y delitos, contribuyendo así a reducir la percepción de inseguridad.
Sin embargo, si el objetivo es revitalizar el comercio, la apertura al tránsito debiese ser las 24 horas, pero además, es necesario abrir un debate más amplio sobre los usos que hoy tiene este espacio público, por ejemplo, la instalación de toldos azules autorizados por el municipio, lo que también ha favorecido el deterioro del centro.
De hecho, el arquitecto Claudio Martínez reconoció que, con la perspectiva del tiempo, se puede concluir que fue un error cerrar al tránsito el Paseo Arauco hace algunas décadas, cuando se pensaba que con ello se potenciaría el comercio, pero “hoy, con un uso que no incentiva la ocupación creativa de dicho espacio, ni tampoco genera un lugar de encuentro cotidiano, los hechos han demostrado lo contrario”. Por ello, el profesional planteó que la reapertura debiera ser una medida permanente y no transitoria, argumentando que soluciones como ésta en otras urbes han contribuido a dinamizar el comercio. No obstante, subrayó que Chillán requiere un plan de salvaguardia urgente para gestionar el casco histórico.
Recuperar el centro requiere sumar las voluntades tanto del sector público como del sector privado, y si bien un primer paso podría ser la reapertura del Paseo Arauco, dicha decisión se debe adoptar a partir del diálogo participativo de todos los actores, con el debido respaldo técnico.