Si bien se esperaba una baja participación electoral en la jornada de ayer, el 16,3% registrado en la región de Ñuble se ubicó por debajo de las proyecciones de los analistas, que apuntaban a la mitad de los observado en la megaelección del 15 y 16 de mayo, en que la participación llegó a 42,4%.
En número de votantes, la segunda vuelta de la elección de gobernador regional convocó a 69.825 personas en Ñuble, muy lejos de las 183.112 que concurrieron a sufragar en mayo pasado.
La escasa participación, la más baja en la era del voto voluntario, también se repitió en el resto del país, con la excepción de la Región Metropolitana (25,7%), donde según analistas locales como Álvaro Acuña y Rodrigo Landa, se debió a que dicha elección de “presidencializó”. De hecho, solo cuatro regiones -incluida Santiago- anotaron una participación superior a la de Ñuble.
La participación a nivel nacional llegó ayer a 19,6%, sin embargo, si no se considera la Región Metropolitana, el promedio nacional baja a 14,6%.
Al revisar el comportamiento a nivel comunal, Portezuelo registró la tasa más alta, con un 21,2% de participación; seguida por Cobquecura (20,4%), Ninhue (19,9%), Ránquil (19,2%) y Coelemu (19,1%), todas en la Provincia de Itata. En el otro extremo, Quillón anotó la cifra más baja (11,5%), junto a San Carlos (12,3%), Ñiquén (12,8%), Trehuaco (12,8%) y Yungay (12,8%).
Para explicar esta baja participación, los analistas han apuntado a distintos factores, como el menor interés que genera la elección de un cargo nuevo, cuyas atribuciones gran parte del electorado no conoce; pero también asoman otros, como el temor al contagio, las dificultades para desplazarse en zonas rurales y la apatía de la ciudadanía respecto a la política partidista. Asimismo, en el caso particular de Ñuble, tanto Álvaro Acuña, académico de la Universidad del Bío-Bío, como Rodrigo Landa, analista político y asesor, coincidieron en que también se puede considerar como un factor el poco atractivo que tenían los candidatos a gobernador regional.
El valor del voto
Según Acuña, “era esperable la baja participación. Y este mecanismo de democracia representativa a través de la votación no tiene coronación con la participación en otras instancias políticas, por ejemplo, la manifestación, que también es un mecanismo en la democracia. En el estallido social participaron mayoritariamente jóvenes, para quienes votar es algo normal, pero esto no es normal en Chile, entonces, no hay una valoración de la votación como algo importante. Los jóvenes quieren otros espacios”.
Como segunda variable, el académico manifestó que “los dos candidatos que había son tradicionales, de la UDI y el Partido Socialista, que representan lo tradicional. Era una contienda de política antigua y eso ya no representa a la ciudadanía, porque la ciudadanía cambió”. En esa línea, planteó que los candidatos en Ñuble eran poco atractivos para el electorado actual.
“Una tercera variable, creo yo, es la poca accesibilidad. Dado que el voto es voluntario y considerando que no es tan barato ir a votar, estamos en una región rural, y no es barato solo en términos económicos, sino que también en el costo de oportunidad, en que la persona podría hacer otras cosas en vez de, entre comillas, perder toda una mañana”, agregó el profesional, quien planteó, además, que “es hora de comenzar a debatir sobre la implementación del voto electrónico, que nos permita tener un mayor nivel de participación, así como durante esta pandemia los profesores debieron adaptarse rápidamente a las clases online”, añadió el profesional.
Acuña también advirtió que no se puede comparar esta elección de gobernadores con la de mayo pasado, porque en aquella se elegían varios cargos, entre ellos, los alcaldes, lo que genera un mayor interés por ser una autoridad más cercana. Aunque también postuló que el desconocimiento de este proceso eleccionario también jugó en contra, pues son muchos los que ignoran cuál es la función del gobernador regional. Por ello, criticó el escaso aporte del Gobierno en materia de difusión: “el gobierno nacional y regional tiene el deber de informar y educar al respecto, y yo no vi un mensaje sobre la importancia de esta elección, efectivamente el cargo de gobernador tiene pocas atribuciones, pero es una buena forma de partir en materia de descentralización”.
Consultado si esta baja participación se debe leer como un bajo interés en la descentralización por parte de los electores, el académico UBB sostuvo que eso sería un error. “Un problema es que a la gente no se le ha informado bien. El Gobierno no está educando cívicamente, y yo creo que eso es por un tema valórico del Gobierno, yo creo que el Gobierno no quiere participación”.
Finalmente, puso el foco en el rol de los medios de comunicación nacionales, que “presidencializaron” la elección de gobernadores, explotando la contienda en la Región Metropolitana, en lo que varios analistas consideraron como un apronte de lo que podría ser la segunda vuelta presidencial, sin embargo, con la agenda política de los medios concentrada en la carrera presidencial, esta elección se invisibilizó.
Menor motivación
Por su parte, Rodrigo Landa, comentó que se esperaba una muy baja participación en estos comicios: “hay que pensar que la elección de gobernador regional era una experiencia única en la región, no la habíamos tenido antes, e indudablemente que en la primera vuelta el hecho que tuviésemos elecciones municipales, que siempre atraen mucha votación, sumado a la elección de constituyentes, que es esencialmente ideológica, política, que también atrae mucha, motiva y genera mística en distintos sectores, era de esperarse que, en una segunda vuelta de gobernador regional, donde había mayor desconocimiento y menor motivación para ir a votar, la participación fuese baja”.
Landa acotó que el escenario político actual, tanto en resultados como en participación, se ha tornado muy impredecible en un marco de voto voluntario.
El analista y asesor explicó que “es muy probable que mucha gente que votó en la primera vuelta de gobernador regional lo hizo porque ya estaba en el local de votación, porque le interesaba más la elección de alcalde o de los constituyentes. Yo creo que la elección de gobernador regional fue lo que era, nada más y nada menos. Y al ser una elección sola, era indudable que iba a tener menor participación”.
Rodrigo Landa también convino que los candidatos a gobernador en Ñuble eran menos atractivos para el electorado en comparación con los de otras regiones, como la Metropolitana. “Y agregaría que hoy estamos muy influenciados por el rol de los medios de comunicación. Estas semanas de análisis previo a las elecciones, indudablemente que la elección de gobernador de la Región Metropolitana concitaba mucho mayor interés de la opinión pública en general, la agenda de los medios estuvo muy concentrada en los candidatos en Santiago, eso también influye. No sé si subestimar a los candidatos locales, pero obviamente hubo un interés mayor por lo que pasaba en Santiago, por ser la más importante y porque también de ese resultado dependía el devenir de lo que viene ahora, que son las presidenciales. Yo creo que se presidencializó la elección de gobernador y la sensación que quedó en Ñuble es que el 15 y 16 de mayo se cerró la elección, y no quedó mucho espacio para seguir debatiendo sobre nuestra región”.
Consultado por el amplio desconocimiento de las funciones del gobernador regional como factor de la baja participación, Landa sostuvo que “muchas personas se pueden sentir motivadas a votar por alguien sin que necesite conocer el trasfondo del cargo al cual postula, es decir, yo no veo necesariamente una correlación positiva entre el conocimiento del cargo con la intención de voto, yo creo que la gente, al menos en Ñuble, se mueve más por el contacto y por el nivel de conocimiento que tienen de las personas que postulan, por la calidad de las campañas y por otros factores. El conocimiento del cargo no asegura por sí solo el voto, yo no creo que eso haya mermado la votación. Yo creo que faltó que los candidatos brillaran más, en Ñuble es muy importante el grado de conocimiento del candidato, el despliegue, la cercanía, la historia de vida, la calidad de la propaganda, todos esos factores creo que inciden mucho más en que la gente adhiera a un candidato, que el conocimiento del cargo”.