A fines de julio el municipio y el Gobierno Regional firmaron un convenio por 3.300 millones de pesos para la adquisición de la medialuna y el desarrollo del diseño para este futuro espacio urbano de más de dos hectáreas.
Tras la celebración de ese acto administrativo se espera que la Contraloría General de la República tome razón para efectuar el traspaso de los recursos y avanzar en las siguientes etapas.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]“Una vez que Contraloría tome razón y se pueda hacer el traspaso de los recursos desde el Gobierno Regional y realizada la compra a la Sociedad Fiesta del Caballo Chileno, licitaremos los estudios de Arquitectura e Ingeniería que nos permitan presentar, estimamos a finales del 2023, el proyecto a la etapa de ejecución al Gobierno Regional, ya que los actuales recursos son solo para la compra de terreno y financiamiento de las consultorías de diseño e ingenierías. Haremos todos los esfuerzos por lograr el financiamiento para la ejecución de las obras y comenzarlas el 2024”, informaron desde la Secretaría Comunal de Planificación (Secpla) de la municipalidad Chillán.
Desde el municipio de Chillán expresaron que coinciden con la visión de parque familiar que proyecta la familia Schleyer, planteando que su diseño debe considerar lineamientos de integración social, funcionalidad, accesibilidad y seguridad.
“Acondicionaremos el lugar como un espacio público con áreas verdes, plazas recreativas con los estándares vigentes de diseño urbano y paisajístico, accesibilidad universal e inclusión, sustentables en el tiempo y amigables con el medioambiente. Pensando en la comunidad esperamos contará con amplia iluminación, espacios destinados a la recreación y esparcimiento, soporte de ferias, actividades masivas y exposiciones; área destinada a la recreación, con variedad de pavimentos y juegos; área de descanso con mobiliario especial para ello; área de ejercicios, para actividades deportivas y de recreación; área con juegos modulares para niños y un área de servicios como servicios higiénicos, cafetería, entre otros”, adelantaron.
“Honraremos uno de los grandes sueños de la familia, crear un parque para las familias, un pulmón verde, y llamaremos a este espacio público de la ciudad Parque Juan Schleyer, en memoria del visionario colono alemán que soñó con un parque para la ciudad”, añadieron.
La participación ciudadana será clave en el proceso y el municipio le asignará un valor fundamental.
“Buscaremos empaparnos de los sueños de quienes serán usuarios de este parque urbano: Iluminación, espacios, áreas verdes, jardinería, riego, infraestructura que requiere el parque, son temas que debemos consultar a dirigentes y vecinos para que el proyecto sea el reflejo de lo que nuestros vecinos necesitan para su bienestar como seres humanos, quienes necesitan de un espacio para recrearse junto a su familia, a sus amigos, de conectarse con la naturaleza. Invitaremos, por cierto, a ser parte de este proceso, a la directiva y socios de la Asociación Parque Juan Schleyer, quienes han sido parte importante del proyecto, además de los vecinos del sector y la comunidad en general”, manifestaron.
Parque natural
Las escrituras, con fecha del 14 de septiembre de 1929, detallan las condiciones de la donación del terreno de la familia Schleyer que en principio tuvo una superficie aproximada de nueve hectáreas y hoy sólo quedan un poco más de dos hectáreas. La propiedad incluía tres cuartos del regador de aguas del Cato y Ñuble.
El terreno debe tener un único fin: un parque urbano que propicie el progreso y embellecimiento de la ciudad. “Los herederos, en el deseo de honrar la memoria de su señor padre don Juan Schleyer Brandt y de propender al progreso y embellecimiento de la ciudad de Chillán, donde el señor Schleyer desenvolvió sus actividades desde los primeros años de su permanencia en este país, acuerdan unánimemente donar a la Municipalidad de Chillán, una porción de la quinta Huambalí, para que esta tierra se destine a la formación de un Parque que se denominará Parque Juan Schleyer y que sirva además de local para exposiciones industriales y agrícolas. El terreno donado tiene una superficie aproximada de nueve hectáreas comprendiendo dos retazos”, indica el documento al que tuvo acceso La Discusión.
La donación del predio se hizo con la condición de que “la Municipalidad no podrá vender ni enajenar el predio” y deberá destinarlo exclusivamente a la formación de un parque natural que lleve la denominación acordada, Parque Juan Schleyer.
Sonia Jungjohann, bisnieta de Juan Schleyer, sostuvo que la idea original era crear un parque natural con árboles nativos y flora y fauna nativa. Ha visitado parques naturales en Alemania, Sudáfrica, Berlín donde ha visto ejemplos de lo que su familia idealizó para el parque urbano de Chillán.
“He ido por el mundo buscando parques que me nutran mi imaginario Parque Schleyer. Me imagino entrando al parque y encontrarme frente a un busto de Schleyer dándome la bienvenida. Luego una gran pileta con cascadas de agua y desde ahí surgen varios senderos, uno a cada lado y otro al frente, llevándonos por rincones bellísimos en los que uno puede elegir donde quedarse, incluso hacer un picnic o ir más allá, y caminar por senderos con grandes y frondosos árboles, contemplando nuestra flora nativa, una pequeña laguna, tal vez con patos”, subrayó.
“Mientras camino lento y relajada, observo deportistas trotando, niños jugando a la pelota, personas mayores leyendo en una butaca de madera, y de fondo, el trinar de los pájaros. Hasta puedo imaginarme a otros niños con una lupa mirando bichitos en las cortezas de los árboles, y chicas buscando tréboles de cuatro hojas. Por otro sendero, un profesor/a lleva a un grupo de pequeños a conocer la flora nativa chillaneja, incluso vagando sin rumbo por los céspedes están, gallinetas, pavos reales, o gallinitas de la pasión”, añadió Sonia.
Arquitectos aportan ideas
Con el propósito de aportar, el Colegio de Arquitectos de Chillán rescató la idea de concebir un espacio verde, funcional en lo recreativo y con un alto sentido de pertenencia del barrio.
Desde la mirada del presidente del gremio, Celso Monsalve, el parque debe ser diseñado con nuevos estándares y recoger ideas de otros implementados fuera de las fronteras del país.
“No puede ser solamente una plaza para el sector, ojalá pueda ser un parque urbano al estilo de lo que se está usando ahora en países desarrollados, en Santiago u otras ciudades donde se compatibilicen los diferentes usos recreacionales como también deportivos y con mucho uso de ciclovía que sea un parque recorrible en bicicleta, que sea dedicado a lo peatonal y por supuesto lleno de áreas verdes con un paisajismo adoc”, dijo.
Si bien la vegetación es fundamental para hermosear y dar vida a este punto urbano, se debe atender a la necesidad de resguardo el recurso hídrico, enfatizó el profesional, incorporando otros elementos funcionales que permitan generar equilibrios.
“Debido a la escasez hídrica que ya es una realidad, tenemos que cuidar que no se transforme en algo que no pueda ser mantenido en el tiempo, por lo tanto, la vegetación, las áreas verdes y el paisajismo debe ser pensado desde ese punto de vista muy sustentablemente. No vamos a poder tener grandes extensiones de césped a lo mejor como podría pensarse, pero sí se podría pensar en áreas mixtas, entre áreas verdes y duras, de juegos, de juegos de agua, de ciclovía, peatonales que puedan recorrer intermediamente el espacio. Que no sea una plaza, sino un espacio lúdico, de juego, que sirva a la comunidad, que sirva de atractivo tanto para los locales de alrededor del parque como para toda la ciudad”, sostuvo.
En un acto de reconocer la donación del filántropo Juan Schleyer al municipio de Chillán, Monsalve, consideró que es pertinente incorporar un elemento que ponga en valor su aporte al desarrollo de la ciudad.
“Creo que también debiese haber algo simbólico referido a la familia Schleyer, porque él fue un gran agricultor que donó estos terrenos. Tiene que ser recordado por todos los esfuerzos que hizo y que donó gran parte de su patrimonio y que pudo haber ido al Estado o al resto de su familia lejana y lo legó a la municipalidad de Chillán, en su momento, y por lo tanto hay que rescatar eso con algún acto simbólico dentro del parque”, valoró.
A juicio del arquitecto, a la participación ciudadana se le debe asignar un papel especial en el diseño del parque, ya que permitirá darle la identidad necesaria para reconocerlo como único en su tipo.
“Porque si llega un consultor de afuera y simplemente mezcla en una “coctelera” todas las ideas que acabo de entregar, claro va salir algo que puede estar en cualquier lugar, pero si le da la importancia que se debe, de escuchar a los vecinos y ojo que no solo a ellos, sino también al gremio de arquitectos, que somos chillanejos, ñublensinos y somos expertos en el área de arquitectura y urbanismo también podemos ser escuchados. El consultor o grupo a cargo de esto ya sea del Gore o la municipalidad puede extraer información vital para darle una identidad al parque”, destacó.
Desde la visión del profesional hay diversos elementos que identifican al sector y que pueden ser plasmados en la construcción del espacio.
“Acá podría ser todo lo relacionado con la medialuna que es preexistente ahí y lo deportivo. También alusivo al tema del terremoto porque parte del parque Schleyer sirvió para albergar a todos los “terremoteados” del año 60. Se construyeron grandes pabellones de madera en ese sector para albergar a la gente que sufrió con el terremoto. Son todos los elementos que podrían contribuir a la identidad y si los vecinos de ahí se sienten identificados con esas peculiaridades, se les puede dar una impronta, una personalidad propia”, complementó.
Medialuna techada
Cuando se concrete la venta de la medialuna por más de $3.200 millones, la Sociedad Fiesta del Caballo Chileno buscará el terreno donde se emplazará el nuevo recinto que albergará las tradiciones y deportes relacionados con el caballo chileno, pero también la realización de espectáculos, actividades recreativas. Contará con oficinas, salas expositoras, casino, entro otros espacios.
“Cuando tengamos el dinero en nuestras arcas tenemos que comprar lo más pronto en otro lugar, para hacer no lo mismo, sino que mejor, más amplio y con más capacidad para la comunidad”, dijo Iván Merino Márquez, presidente de la asociación.
Aunque aún no está definido donde se construirá el nuevo espacio, están claros que debe tener una superficie superior a 5 hectáreas, no puede estar ubicada a menos de 15 kilómetros de Chillán y de preferencia con orientación hacia la cordillera.
“Tenemos proyectado un centro de tierra y tradiciones para la región de Ñuble y su comunidad chillaneja. Una media luna techada es lo vital para que sea ocupada los 365 días del año, no solamente para practicar los deportes relacionados con el caballo chileno, sino que la comunidad la use para los fines que estime conveniente, para otros deportes como el box, tenis, fines culturales, artísticos, festivales, encuentros de todo tipo, con estacionamiento, oficinas. Será un espacio que albergue sobre 5 mil personas que será techado y ahí el único y principal beneficiado será Ñuble y nuestras comunidades. No vamos a cobrar como una rentabilidad privada, vamos a tener que arrendarla en los costos mínimos como siempre lo hecho hemos”, explicó el presidente de la Sociedad Fiesta del Caballo Chileno.
“Vamos a tener un centro para hacer foros y salas porque en Chillán no hay un salón expositor grande con todo. Un casino para todo tipo de evento, una granja educativa”, añadió.
Merino Márquez sostuvo que lo ideal sería que la nueva medialuna esté en Chillán, “pero de no ser así no hay problema que estemos en los límites con otras comunas”.
Texto: Susana Núñez/ Antonieta Meleán
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