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“El peso de la historia está haciendo que la mujer entre a todos los ámbitos de la sociedad, y ese mismo peso de la historia va a ser el que empuje a que la mujer en la Iglesia pueda desarrollarse al igual que los varones, ni más ni menos, somos iguales y complementarios, se trata de hacer un trabajo en equipo para dar un servicio”, afirma la religiosa madrileña Marta García (34), quien llegó hace cuatro años a Chillán desde Vietnam y a partir de esta semana asumirá como responsable parroquial de la Parroquia Santo Domingo, luego de que el último fraile dominico en Chillán, Miguel Ángel Céspedes, deje la administración. Desde 1928, año en que se creó la parroquia, los dominicos han estado presentes en la ciudad a través de sus obras sociales y cursos bíblicos.
Tras la decisión de la orden de retirarse de la vida parroquial en Chillán, se determinó que Marta Gómez junto a las hermanas Patricia Martínez (61) y Paula Lee (58) asumieran la conducción de la parroquia. Las religiosas dominicas han trabajado por años ayudando en sus obras sociales a los frailes. Ellas relatan que serán las primeras en Chile en asumir este cargo, y además podrán celebrar bautismos. “El Derecho Canónico lo plantea como posibilidad, lo que pasa es que la jerarquía de la Iglesia no la había tomado en consideración aún”, dice la hermana Patricia.
El religioso Miguel Céspedes, quien partirá a Santiago, explica que “ahora la sede parroquial, que se trasladará en unos meses a la capilla San Alberto estará a cargo de las hermanas. Esta situación ocurre porque estamos flojos de personal de vocaciones, pero esto no es un cierre, sino una reestructuración según nuestras posibilidades”.
Y precisa que llegarán dos frailes de avanzada edad a vivir en el convento para apoyar a las hermanas.
Sergio Pérez de Arce, administrador apostólico de la Diócesis de Chillán, enfatizó que “agradezco a los padres dominicos la entrega de tantos años y agradezco sinceramente a las hermanas su generosidad para asumir este nuevo desafío”.
El rol de la mujer
La hermana Marta destaca que “el padre Sergio apuntó la posibilidad de que la figura de responsable parroquial pudiese ser realizada por una religiosa, de a poco esa idea se fue valorando, y se vio que era la mejor solución ante la situación que estábamos viviendo, porque además las hermanas habían llevado casi la mayor parte del peso pastoral desde el tiempo en que hemos estado aquí a partir de 1981. Partimos de una realidad en que no hay sacerdotes, esa realidad es la que ha empujado a una evolución necesaria, es un poco saber los signos de los tiempos”. Detalla además que pese a que la figura femenina de responsable parroquial no es común en Chile, sí lo es en Europa y Estados Unidos.
“El rol de la mujer en la Iglesia en Chile ha sido fundamental. La gente nos lo dice, si los frailes se van mayormente no les afecta a los feligreses, pero si las hermanas se marchan sí les afecta mucho”, enfatiza la hermana Patricia.
Las religiosas saben que asumen la conducción de la parroquia en una etapa de crisis de la Iglesia. “Es una oportunidad para sanar esas heridas y también para acompañar a las víctimas. Ciertamente para la Iglesia ha sido un golpe fuerte, incluso para su credibilidad moral. Es fundamental que haya transparencia, pero a lo mejor este golpe nos va a venir bien para que volvamos a nuestro origen y esencia”. advierte Marta.
Patricia asegura que los abusos han ocurrido “por un sentido de poder malentendido, donde se busca el poder y el dinero casi todas las situaciones de abuso han sido por abusos de poder. Les pido perdón a las víctimas y si pudiera les daría un abrazo”.