De a poco, el Paseo Arauco se ha ido transformando en una postal identificatoria de la capital regional de Ñuble, por detrás de la Catedral o el Mercado Municipal. Es una suerte de bulevar a cielo descubierto, punto de encuentro o la proyección natural de la Plaza de Armas.
Es por eso, que a diferencia de quizás cualquier otra arteria del casco central, el estado de sus calles y de su mobiliario no son indiferentes para los chillanejos, quienes por meses se han manifestado a través de redes sociales por la deficiente higiene del paseo.
Los reclamos incluso hicieron eco en diversas sesiones del Concejo Municipal y los ediles han pedido que esto se pueda solucionar.
Finalmente, el alcalde Camilo Benavente, confirmó que la empresa encargada de la mantención del corredor, Parques Jhonsons, volverá a realizar limpiezas con máquina de hidrolavado, lo que “no se había estado haciendo por la presencia de los stands que son utilizados por los emprendedores que están ubicados en el lugar”.
La solución es “retirar esos toldos y esas casetas para que pueda operar la máquina de hidrolavado, entonces así ya no nos quedamos sólo con barrer y recoger basura y ramas, que es lo que se hace a diario”, añadió.
Criterios técnicos
Para los concejales Rodrigo Ramírez y Juan Pablo López, el que no se haya efectuado el hidrolavado “no se puede excusar por la presencia de los stands”, ya que “una empresa debe manejar alternativas. Son ellos los que deben buscar las formas de mantener limpio sin alterar los espacios”, apunta Ramírez.
Sin embargo, para ambos, la suciedad del lugar se potencia por la presencia de esas estructuras generadas para apoyar a los emprendedores locales, “porque ya no es que se instalen para fechas especiales o por un tiempo determinado, sino que parecieran haberse quedado para siempre y eso no puede ser parte de la imagen que se quiere dar como ciudad”, añade el concejal Juan Pablo López, quien sostuvo que el municipio se ha visto bajo un chantaje emocional para no retirar esos puestos.
“Hoy vemos que incluso se venden verduras, que es lo que se vende en el Mercado Municipal, entonces ya se está perdiendo todo el sentido de esto. No se puede seguir entregando espacios de esta relevancia a las personas para que hagan lo que quieran, independiente de que sea por ayudarlos, pero en una ciudad ordenada cada cosa debe tener su lugar y cada proyecto de esta naturaleza, debe tener tiempos acotados, en eso nosotros que somos quienes otorgan los permisos, debemos establecer un criterio lógico y respetarlo”.
Finalmente, Rodrigo Ramírez acusa que hasta los mismos emprendedores y locatarios del lugar “nos han hecho saber que en las noches eso se ha transformado en un baño público. Ellos llegan a abrir en la mañana y se encuentran siempre con esas sorpresas desagradables”.