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Chillán, San Carlos, Ñiquén, Bulnes o El Carmen son algunas de las comunas de la región que se preparan para recibir nuevos megaproyectos de generación de energía fotovoltaica y eólica.
Durante los últimos meses han sido diversos los proyectos aprobados por la Comisión de Evaluación Ambiental, y otros que han ingresado al SEA, obras que proyectan seguir incrementando la generación de energía en Ñuble.
Si bien, son proyectos de mediano y largo plazo, estos preocupan por el impacto ambiental que pueden generar en las zonas donde se van a construir, relacionado con la contaminación acústica, afectación a la biodiversidad o daño del suelo.
Por ejemplo, durante diciembre del 2023, se aprobaron 3 proyectos de generación de energía fotovoltaica, situados en las comunas de Chillán y Bulnes, con una inversión que supera los US$ 40 millones.
Por otra parte, la empresa chilena Andes Solar, desarrollará proyectos de energía eólica en Ñiquén y San Carlos, lo que vendrá a generar cerca de 250 MW de potencia.
Se suman también a uno de los megaproyectos más importantes del sur de Chile, llamado “Rinconada Solar”, que contempla la instalación de más de 119.000 paneles solares, abarcando las comunas de Chillán y San Carlos. Un proyecto que tiene una inversión de US$ 50 millones.
En la comuna de El Carmen también se pretende instalar un parque eólico, el más grande la región. Se trata del Parque Los Coihues, proyecto que consiste en la construcción y operación de 47 aerogeneradores, que en conjunto tendrán una potencia nominal total de 338,4 MW. La energía será evacuada por una línea de alta tensión de aproximadamente 30,8 kilómetros de longitud, hasta la subestación Entre Ríos, en la comuna de Pemuco.
Hasta el momento, ninguno ha tenido problemas por su evaluación en las comisiones ambientales, pero eso no significa que no vayan a tener algún impacto en las zonas donde se instalen. O eso es lo que muestra el historial nacional de los últimos años.
Todas estas megas obras se dan en un contexto regional que preocupa a las autoridades. Ñuble se posiciona como una de las que menos energía produce, trayendo problemas no tan solo a nivel local, sino que nacional. Es por eso que uno de los objetivos del Ministerio de Energía es convertir a la región en una de las más importantes y que más energía aporte al Sistema Eléctrico Nacional.
Es por eso que hace unos meses el Gobierno presentó un plan de mejoramiento de la infraestructura eléctrica en la región, lanzando un Plan Especial para potenciar dicho aspecto. A rasgos generales, se facilitaron las medidas para que las empresas, tanto pequeñas, medianas y grandes, puedan postular para ingresar proyectos nuevos y potenciar la producción en Ñuble.
Junto con eso, se destaca que el valle de la región es apto para construir kilómetros de parques, tanto por su clima, como por el terreno. Pero esto no mide el impacto que genera en la flora y fauna.
Antecedentes nacionales
Tanto la energía solar, como la eólica, se han convertido en una de las fuentes energéticas que menos contaminan, que más vida útil tienen y que más se adaptan a la geografía de la región.
El Valle del Itata es un atractivo importante para empresas multinacionales que quieren invertir en el país, generando mano de obra e incrementando la producción eléctrica. Es por eso, que por lo general, los megaproyectos de este tipo pueden pasar sin problemas la revisión por parte de la autoridad ambiental, mostrando sus antecedentes mediante las declaraciones de impacto ambiental (DIA).
Pero a nivel nacional hay distintos casos de obras que abarcaron problemas por la amenaza que generan al medio ambiente y la afectación a la biodiversidad.
Tal es el caso de Chiloé, en la región de Los Lagos, que durante las últimas décadas ha tenido que vivir con constantes proyectos que, según las comunidades, afectan a los ríos y lagos de la zona.
El Parque Eólico San Pedro es actualmente el único instalado en la isla. El medio Laderasur.cl indagó a profundidad el tema y conversó con las comunidades cercanas. En ese sentido, se detalla que las bases de concreto, donde están situadas las turbinas eólicas, se construyeron en el lugar interviniendo en las turberas, un tipo de humedal que se genera en la zona.
Además, durante las obras, se tuvo que dinamitar, algo que, según expertos, no estaba incluido en las declaraciones de impacto ambiental.
Otro de los casos más recientes se dio en la región del Biobío, en la provincia del mismo nombre. El Parque Eólico El Rosal tuvo más de 3.000 observaciones por parte de las comunidades, quienes se oponen a la construcción de 28 aerogeneradores, esto en la zona norte de la ciudad de Los Ángeles.
Las quejas se relacionan con la afectación que traería dicha instalación, impactando de forma negativa al medio ambiente y también a la salud de las personas.
También ha generado polémica un proyecto de energía eólica, llamado Parque La Punta, ubicado en la comuna de Mostazal, en la región de O´Higgins. Diversas organizaciones han indicado que esto puede provocar la muerte de 4 cóndores al año. Esto debido a las temporadas en donde el ave nacional se mueve desde una zona a otra.
Proceso previo
En primer lugar, antes de que un proyecto de esta envergadura comience a ejecutarse, tiene que pasar por distintos procesos.
Por lo general, son empresas o consorcios internacionales dispuestos a invertir montos significativos, por lo tanto, el dinero no es problema de ejecución.
La principal barrera que tienen que pasar, se relaciona con el impacto ambiental que generan. Esto según lo que detallan desde la propia empresa a cargo de un megaproyecto como ese.
Así lo indica el seremi de Medio Ambiente de Ñuble, Mario Rivas. “Según el artículo 10 de la Ley General de Bases del Medio Ambiente, los proyectos susceptibles de causar un impacto ambiental en cualquiera de sus fases deberán someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental”,
Añade que “es necesario comprender que se evalúa si afectan significativamente al entorno, un proceso a cargo del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Desde este organismo se analizan todas las aristas de esta índole, incluida la participación de la ciudadanía, la cual es clave para abordar las inquietudes locales frente a la ejecución de proyectos en los territorios. Esto asegura que se cumplan con la normativa ambiental y se ajusten a lo establecido por la norma ambiental chilena”.
Teniendo eso en consideración, son actualmente seis los proyectos eólicos que han ingresado al SEA. Está el Parque Eólico San Carlos, con 39,9 hectáreas, 25 aerogeneradores y una potencia 187,5 MW; el Parque Renovable Entre Cerros, en Portezuelo, con una potencia de 46,2 MW y que obtuvo su aprobación ambiental en agosto de 2022; Parque Culenco, en la comuna de Ninhue y San Carlos, con 248 MW; Parque Dañicalqui, en Yungay con 95,2 MW; y en Pemuco, en donde se considera construir un parque de generación de 194,4 MW. También se suma el mencionado proyecto de El Carmen, con 338,4 MW. Además, hay otros dos proyectos de Andes Solar que aún no ingresan al SEA.
El real impacto
Este tipo de energías son consideradas renovables y están categorizadas como menos contaminantes que otras. De hecho, el impacto que generan es menor, comparado, por ejemplo, con lo que haría una planta a carbón o de gas natural, las cuales son las que más críticas generan.
Y aunque el impacto es mucho menos dañino, hay ciertos aspectos a considerar cuando se construyen parques de este tipo.
En ese sentido, Nohad Escares, abogada y ambientalista de la ONG Defensa Ambiental, indicó que el daño mayor se genera en el proceso de construcción, generando una pérdida vegetacional importante en la zona donde se construye.
En el caso de los parques eólicos, enfatiza que “estos no son parques, son verdaderas máquinas aerogeneradoras”. Añade que cada evaluación “va a depender de la ubicación y locación del proyecto. Nosotros siempre distinguimos en el proceso de construcción, operación y cierre del proyecto”
“En la fase de construcción, los mayores impactos son siempre el escarpe del suelo y la pérdida vegetacional, sumándole la conexión de estas máquinas. Entonces, considerando eso, hay que ver todo lo que tiene que ver con el impacto del suelo, por ejemplo, el agua que exista debajo, que tienen que sacarla y claramente genera una afectación importante. Y por otro lado la conexión, donde hay perímetros de seguridad de la línea de transmisión eléctrica”, comenta.
Por otro lado, la experta detalla que también hay impactos operacionales. Escares subraya que “este tema se ha negado mucho y tiene que ver con el daño a las aves y a otras especies. Porque, dependiendo de la ubicación, se reconoce que hay presencia, pero cuando se evalúa el impacto, se califica como no significativo y no hay medidas de mitigación. Pero solo en la fase de construcción y no operacionalmente”.
En ese sentido también detalla que el campo electromagnético que generan estos parques daña de manera considerable a las abejas. “Es algo que se ha estudiado fuerte, que tiene que ver con la afectación a las abejas”.
La abogada ha tenido experiencia también en parques de la zona sur, concretamente en Chiloé. Explica que el gran problema en dicha zona, se relaciona con las torres de alta tensión, las cuales se conectan al Sistema Eléctrico Nacional.
“El problema actual son las líneas de transmisión eléctrica, para conectar todos estos parques con la red, eso es lo fuerte. La circunstancia de Chiloé también es crítica por la crisis hídrica, y Ñuble también está viviendo lo mismo. Son factores que tienen que ser considerados en su momento”, aclara.
Efecto sombra en parques eólicos
El efecto sombra también es un daño que puede involucrar a las comunidades cercanas a estos parques eólicos. Se trata del sombreado repetitivo de la luz solar directa, provocado por el movimiento periódico de las aspas del aerogenerador.
“Esto puede impactar directamente la vida diaria y la salud mental de las personas. Imagínate tener todos los días encima de tu casa una máquina dando vueltas y provocando este efecto sombra. El Servicio de Evaluación Ambiental tiene publicada una guía para evaluar el efecto sombra intermitente que viene de estas torres eólicas”, sostiene Nohad Escares.
Mientras que Katherina Tesar, Ecóloga de la ONG, indica que son varios los estudios respaldados que validan el real daño que causan los aerogeneradores en la población.
“Son diversos los estudios y artículos que indican como las personas se ven perjudicadas por la sombra y también por el sonido. Los efectos de los proyectos eólicos están más asociados a la molestia, irritación o la frustración en la población que vive cerca. Lo asocian a efectos subjetivos, ya que el ruido es percibido como más molesto por las personas con actitudes negativas hacia dichos proyectos”, explica.
“No solo el ruido puede ser molesto, sino que el impacto visual de las turbinas eólicas también, ya que son elementos extraños y antinaturales en el paisaje, especialmente en zonas recreativas o de turismo. El ruido es el aspecto más irritante, y es más molesto durante la noche. En algunas personas puede provocar trastornos del sueño”, sostiene Tesar.
Afectación al suelo
Para César Uribe, dirigente medioambiental de la región, la construcción de estos parques, tanto eólicos, como solares, se instalan en terrenos en Ñuble “que están destinados para otros usos”.
“Si bien, este tipo de energía es mucho más limpia, es problemático que estos proyectos se instalan en zonas que tienen otros objetivos productivos. Evidentemente Ñuble de una zona agrícola y el suelo agrícola hay que cuidarlo, protegerlo, restaurarlo en algunos casos, que son las que están muy degradadas también. Pero estos proyectos también llegan a instalarse en zonas así, en áreas agrícolas, en áreas que el suelo debiese tener un objetivo de generación de alimentos”.
Sostiene que existe una “desregulación que no es necesariamente una culpa de las empresas, sino que es una culpa del Estado, que no ha regulado el uso de suelo en zonas rurales”. Y pasan este tipo de incompatibilidades o donde se instalan proyectos con otros usos distintos al agrícola. Uribe explica que “hay que poner atención y es donde hay que avanzar, porque eso solucionaría un montón de problemas en relación a proyectos nocivos para las comunidades”.
Regulación del GORE
Desde hace un tiempo que el Gobierno Regional de Ñuble pretende comenzar a regular estos grandes proyectos, basados en el impacto que estos generan en el paisaje, suelo y valores ambientales.
Dichos objetivos están incluidos en la nueva Estrategia de Desarrollo Regional (EDR), la cual fue actualizada recientemente para estar vigente de aquí a 2030. Algo que fue explicado por Claudio Martínez, jefe de la División de Planificación y Desarrollo del Gore Ñuble.
“El Gobierno Regional ve con preocupación el crecimiento exponencial de parques eólicos y fotovoltaicos por el impacto medioambiental que suponen este tipo de instalaciones. Por lo mismo, en la Actualización de la Estrategia Regional de Desarrollo, recientemente aprobada, se incorporó en la imagen objetivo y en los lineamientos estratégicos, ciertas restricciones al apoyo a las energías renovables no convencionales. Se habla de proteger los valores ambientales del territorio, dentro de los que está el suelo y el paisaje, lo que eventualmente nos permitiría informar negativamente el pronunciamiento que es de nuestra competencia en el proceso de evaluación de impacto ambiental realizado por el SEA, si una iniciativa es una amenaza para ello”, indicó.
Por otro lado, Martínez sostuvo que la planificación territorial de las áreas rurales “son una suerte de tierra de nadie”. Añade que dichos lugares “carecen de regulación específica a diferencia de lo que ocurre con las zonas urbanas. El Plan Regional de Ordenamiento Territorial no contempla regulaciones en esta materia, sin perjuicio de que aún no se promulga el reglamento pertinente”.
Es por eso que, tras la actualización de la EDR, esperan poder contar con más respaldo al momento de pronunciarse sobre algún proyecto que no cumpla con los requerimientos ambientales.
“Cabe destacar que, con los ajustes realizados a la Estrategia Regional de Desarrollo, este pronunciamiento podrá tener elementos más objetivos y mayor respaldo que permita regular de mejor manera dichos proyectos”, puntualizó.