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Señor Director:
La nueva ley de parcelación formalizará y ordenará a un sector que hasta ahora ha carecido de regulación adecuada. Esto aportará certidumbre tanto a desarrolladores como a compradores, al establecer reglas claras para la subdivisión y el uso de terrenos rurales. Además, la exigencia de condiciones de habitabilidad contribuirá a que los nuevos proyectos rurales sean más sostenibles y atractivos para inversores y residentes.
Sin embargo, se advierte que esta mayor regulación podría limitar las parcelas más baratas, afectando a personas de menores recursos que buscan acceder a viviendas rurales. Pese a este posible efecto, la formalización del sector trae consigo importantes beneficios en términos de seguridad jurídica, financiamiento y habitabilidad.
Por otra parte, una norma a nivel nacional para regular las parcelaciones debe enfrentar el desafío de adaptarse a la diversidad territorial de nuestro país.
No es lo mismo desarrollar parcelas cerca de zonas urbanas consolidadas, con acceso a servicios, que en áreas rurales más alejadas, donde la infraestructura es limitada y la calidad del suelo varía.
Para ser efectiva, la ley deberá considerar estas diferencias, aplicando criterios ajustados a las características de cada zona, evitando impactos negativos tanto en el uso agrícola como en el habitacional.
Cecilia Fajardo