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Señor Director:
La política chilena es un escenario donde la gloria y la ruina coexisten en una danza macabra.
Manuel Zacarías Monsalve Benavides, un desconocido parlamentario del sur, soñaba con convertirse en el primer ministro de Seguridad del gobierno de Gabriel Boric.
Desde su llegada a La Moneda, su ascenso fue meteórico: un hombre que prometía ser la voz de la ciudadanía. Sin embargo, su ambición se desmoronó tras una simple comida en el restaurante Ají Seco, transformando su carrera en una tragedia.
La paradoja es palpable. Lo que muchos veían como un futuro líder ahora enfrenta denuncias de acoso sexual y violación, un giro inesperado que ha dejado a sus colegas en estado de shock.
En un contexto donde el 15 de noviembre se convirtió en una fecha límite para sus aspiraciones, la presión se hizo insoportable. La risa se tornó en silencio en La Moneda, y la pregunta queda flotando: ¿cómo se gestionan las crisis en tiempos de incertidumbre?
Monsalve, el hombre forjado en mil batallas, se desvaneció en un instante. Un recordatorio: en la política, el poder es tan frágil como una copa de cristal.
Ricardo Rodríguez Rivas