Señor Director:
He compartido con varios amigos la enorme satisfacción de haber vuelto a presenciar en pantalla la tradicional Parada Militar del 19 de septiembre. Hemos compartido que nunca habíamos disfrutado más de este espectáculo republicano que, como suele decirse, nos devolvió el alma al cuerpo. Después de tanto agravio a nuestra historia como fue el ataque a monumentos y el agravio a la bandera y a la canción nacional, cuando incluso un candidato a la presidencia dijo había que legalizar a los inmigrantes sin papeles “porque hay muchos chilenos”. Incluso en la Convención Constituyente algunos tacharon el nombre de la República.
Está claro que para una minoría ideologizada el compromiso nacional no existe, se dicen “internacionalistas”. En su literatura doctrinaria sostienen que “los obreros no tienen patria”. Es en este marco que se explica la ausencia de la alcaldesa de Santiago en el Tedeum, la Parada Militar y la gala del Teatro Municipal. La autoridad de la ciudad sede de estos eventos manifestó así su desprecio por su significado republicano.
Para estos grupos ideologizados la patria no es la que ha surgido en nuestra historia sino apenas un agregado más a lo que ellos valoran como si fueran la mayoría nacional: los pueblos originarios.
O’Higgins en 1818, con la grandeza del Fundador de una República estableció que todos los habitantes de nuestro territorio eran chilenos y así se entendió hasta hace muy poco, hasta cuando surgió la demanda aborigen que busca fragmentar a nuestro pueblo.
La Parada Militar, con los símbolos patrios lucidos con orgullo por hombres y mujeres con impecable disciplina pareció recuperar la presencia de la República y mostrar la sólida estructura de las instituciones armadas y de orden. Pero la ideología de la anti patria pretendió movilizar a unos cuantos provocadores para empañar el evento. Como puede verse estos grupos no cesan en su afán por destruir lo que millones de chilenos celebramos en las Fiestas Patrias con orgullo y alegría. Es de esperar que la mayoría silenciosa que tolera estos afanes abra los ojos, los oídos y luego la boca para decir “¡basta!”. La inmensa mayoría de los chilenos estamos dispuestos para cambiar todo lo que sea necesario pero sin negar lo que hemos sido y somos: la República fundada por O’Higgins.
Alejandro Witker
Historiador