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El papa Francisco aceptó la renuncia este miércoles del obispo Richard Malone, de la diócesis de Buffalo, en Estados Unidos, involucrado en un escándalo por encubrir abusos de pedofilia.
La renuncia fue anunciada por el Vaticano en una breve nota oficial que no precisa las razones de su salida.
La diócesis de Buffalo, en el estado de Nueva York, admitió en octubre de 2018 estar en el centro de una investigación judicial por más de 220 denuncias de abusos sexuales a menores.
Ya desembolsó 17,5 millones de dólares a 106 víctimas abusadas en su infancia, según el diario The Buffalo News.
La mayoría de los presuntos delitos ocurrieron antes de 2002 y algunos se remontan a más de 70 años.
Según fuentes religiosas, Malone ofreció su renuncia a dos años de cumplir 75 años, la edad obligatoria para la jubilación, tras ser informado de los resultados de una investigación de la Santa Sede sobre la diócesis y su gestión como obispo de los casos de abusos.
El prelado integró una delegación de obispos estadounidenses que se reunió el mes pasado con el papa en el Vaticano.
En un comunicado publicado en el sitio web de la diócesis, Malone, que seguirá siendo “obispo emérito” de Buffalo, confirmó que hubo presiones para que renunciara debido a cómo manejó el escándalo.
“Reconocí en numerosas ocasiones los errores que pude cometer al decidir demasiado lentamente sobre temas del personal”, afirmó, pero destacó que implementó nuevos procedimientos de prevención y se reunió con muchas víctimas de actos de pedofilia.
En marzo de 2018, la diócesis publicó una lista de 42 curas relevados del ministerio, forzados a jubilarse o que eligieron renunciar tras ser acusados de abusos sexuales.
Pero según las acusaciones de presuntas víctimas, más de 150 curas estarían implicados.