Varios son los hitos que han marcado este primer año de la Región de Ñuble para las nuevas provincias. En el caso de Diguillín, con expectativas aún mayores, considerando que fue también el debut como capital provincial de Bulnes, en un territorio en el que está integrada la capital regional, Chillán.
Para la gobernadora de Diguillín, Paola Becker, efectivamente son numerosos los puntos a resaltar en estos últimos doce meses. Y aunque sostiene que la mayoría dice relación a necesidades comunes para toda la región, da cuenta de las prioridades que enfrenta una zona marcada por aquellas que demanda la vasta intercomuna Chillán-Chillán Viejo y las comunas de Bulnes, Quillón, Yungay, Pemuco, San Ignacio, El Carmen y Pinto. Una de ellas, la conectividad vial.
“Hemos avanzado en conectividad en El Carmen, Pemuco, Yungay y Chillán Viejo, y existen proyecto aprobados y otros que iniciaron el proceso de ejecución. La conectividad es un problema latente en la provincia”, sostiene.
También de presencia constante es el recurso hídrico. “Hemos avanzado en la ejecución de arranques con recursos aprobados tanto en la Subdere como nivel sectorial, se han agilizando los proyectos con asistencialidad técnica y recursos, es un hito porque hemos ido acortando la brecha en comparación a cuando éramos provincia de la Región del Biobío”.
Sobre nuevos desafíos para el segundo año de la nueva región, Paola Becker afirma que se debe enfatizar en la concreción de los proyectos priorizados.
“En Diguillín hicimos un despliegue en terreno, con levantamientos de diagnósticos focalizados, con los gobiernos comunales y mucha participación ciudadana, en el segundo año necesitamos la concreción, dentro de un marco presupuestario y dentro de una planificación regional, y en eso estamos, la gente no necesita nuevos anuncios, sino que el detalle fino de cuándo y cómo se va a ejecutar la solución a sus problemas”, recalca.