PAES y la justicia evaluativa

Señor Director:
Resulta muy tentador, en estos tiempos de rendición de la PAES, recordar el argumento de la desigualdad que promueven las pruebas estandarizadas en nuestro sistema educativo. Nos centramos en la verdad irrefutable de los resultados y consecuencias de estas para esgrimirlo. Vemos las diferencias estructurales en la distribución de los puntajes según ingresos socioeconómicos, acceso solo para algunos (y menos para “algunas”) a carreras codiciadas como Medicina o ciertas ingenierías, entre otros respaldos de tan devastadora realidad. Sin embargo, debemos reconocer que el instrumento en sí ha sido mirado y mejorado desde el concepto de la justicia evaluativa y los paradigmas del decreto 67. Un ejemplo de ello es la prueba de Competencia Lectora: en esta ya no se miden contenidos, solo lectura, tal como lo indica su nombre. Por otra parte, se eliminaron preguntas “tramposas” en el sentido de que no evaluaban lectura sino muchas habilidades de descartes: las pre alternativas (solo I, I y II, por ejemplo) y la búsqueda de la falsa. Actualmente las preguntas buscan indagar en si los lectores están alfabetizados académicamente, si son capaces de comprender información “básica” como también información “entrelíneas” propósitos, intenciones, velos de los textos, entre otros. Seguramente llegaremos a reafirmar que siguen las brechas de la desigualdad y que algunos y algunas se entrenan mejor para este desafío pero, al menos, se está emparejando la cancha desde el instrumento mismo.
Ana María Yuivar- Valentina Cordaro
Programa de Pedagogía Media para Licenciados -Universidad Finis Terrae