Packings de cerezas

Según estimaciones del Comité de Cerezas de Frutas de Chile, la proyección de exportaciones para la temporada 2025-2026 alcanza 131 millones de cajas, cifra muy similar a lo estimado en abril de este año y levemente superior a la registrada en la temporada anterior, con lo que se prevé alcanzar nuevamente un récord, de la mano de la entrada en producción de nuevos huertos.
Dado ese escenario, Ñuble no será la excepción, aunque su participación en el total sigue siendo menor. El aumento sostenido de la superficie de plantaciones de cerezos en la región corrobora el fuerte dinamismo del rubro, ya que entre 2019 y 2024 se incrementó desde 1.600 a 3.062 hectáreas, representando el 4,01% de la superficie nacional.
Corresponde al segundo rubro frutícola de la región, después del avellano europeo, pero desde la perspectiva de la generación de empleos, es el más importante. Por latitud, clima y variedades, las cosechas en esta zona comienzan en la segunda quincena de noviembre y se extienden durante diciembre, por lo que no siempre llegan a destino en las fechas de mejores precios, previo a la celebración del Año Nuevo Chino.
En ese contexto, la logística en el procesamiento y transporte de la fruta cobra una importancia fundamental para asegurar su calidad y su vida postcosecha, un aspecto clave en el competitivo mercado de las cerezas en China, que es el destino de más del 90% de las cerezas chilenas. En otras palabras, en la medida que pase menos tiempo desde la cosecha hasta su proceso en frío, se logrará un producto con mayor durabilidad, considerando el extenso viaje a destino; y, por otro lado, en términos de precios, mientras menos tiempo transcurra hasta llegar a destino, habrá mejores oportunidades de comercialización.
Lamentablemente, frente a la escasez de packings de cerezas en Ñuble, la mayoría de los productores de la región debe enviar su fruta a plantas de proceso en otras regiones, como Maule y O’Higgins, donde existe la suficiente infraestructura de frío para procesar grandes volúmenes que se embarcan en San Antonio y Valparaíso, lo que, en la práctica, perjudica la competitividad de la producción de Ñuble.
Por ello se valora la reciente inauguración de un packing de cerezas en San Nicolás, del grupo Mañío, el cuarto de Ñuble, un proyecto desarrollado por inversionistas de la región, con un subsidio estatal del programa IFI Inversión Tecnológica, de Corfo-Gobierno Regional.
De esta manera se amplía la oferta de plantas de proceso en la región, que hasta mediados de 2024 contaba solo con una, la de Agroex-Grupo San Ignacio, en Bulnes; a la que se sumó el año pasado la empresa El Silo, en San Carlos; y luego Geofrut, en Coihueco. Además, a estas cuatro plantas se sumará en el corto plazo la planta de NDF, que también cuenta con un subsidio del programa IFI.
Lo anterior también contribuirá a generar el volumen crítico de cerezas en la zona para aprovechar la cercanía de los puertos de la región del Biobío, que ya están moviendo carga en frío con destino a China.
Tal como han señalado diversos actores locales, persiste el desafío de elevar la competitividad de las exportaciones de Ñuble, para lo cual es básico contar con la infraestructura y logística adecuadas, así como también forjar alianzas, tanto entre privados como público-privadas.