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El hambre no retrocedió en 2023 y afectó a 733 millones de personas, más de un 9% de la población mundial, debido a la persistencia de las guerras y de las dificultades económicas y al cambio climático, indicó el miércoles un informe elaborado por cinco agencias de la ONU.
La situación no es la misma en todo el mundo. El número de personas que pasan hambre aumentó en África, pero se estabilizó en Asia y se redujo en América Latina y el Caribe, según el documento.
Los niveles de hambre se mantuvieron preocupantemente altos por tercer año consecutivo, con alrededor de 733 millones de personas subalimentadas de forma crónica en todo el mundo, destacó.
El informe sobre “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, presentado en Río de Janeiro, Brasil, coincidiendo con las reuniones ministeriales del G20, muestra un escenario global alarmante en el que una de cada 11 personas pasó hambre el año pasado.
El hambre sigue aumentando en África, donde lo sufre un 20,4 % de su población, se estabiliza en Asia (8,1 %) y experimenta una reducción en Latinoamérica (6,2 %), salvo en la región del Caribe.
El informe fue elaborado por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según los expertos, las guerras, las dificultades económicas y los fenómenos climáticos extremos han impedido que el hambre retrocediera en 2023.