El balance de la epidemia de coronavirus superó este miércoles los 2.000 muertos, pero las autoridades chinas y la OMS intentaron calmar los ánimos citando un estudio que asegura que la mayoría de las infecciones son leves.
Un total de 2.004 personas han muerto y 74.185 se han contagiado en China continental, o sea 1.749 más que la víspera.
Además otras cinco personas fallecieron por el nuevo coronavirus en Hong Kong, Filipinas, Taiwán, Japón y Francia y unas 900 lo han contraído en una treintena de países y territorios autónomos chinos.
“Este es un brote muy serio y tiene el potencial de crecer, pero necesitamos ponerlo en su justa medida con el número de personas infectadas”, dijo Michael Ryan, responable del departamento de emergencias médicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“En proporción, fuera de Hubei esta epidemia está afectando a muy poca gente”, sostuvo luego de conocido un informe según el cual el 81% de los más de 73.000 pacientes tienen infecciones leves.
El estudio divulgado por el Centro Chino de Prevención y Control de Enfermedades muestra que el índice de mortalidad es del 2,3%, y cae por debajo del 1% en la franja de edad de entre 30 y 40 años.
Zhong Nanshan, un prominente experto de la Comisión Nacional de Salud China, dijo a la prensa que el 85% de los pacientes pueden mejorar “si cuentan con buen apoyo (médico), tratamiento y están bien alimentados”.
En base a esos datos, la OMS insistió en que la epidemia del COVID-19 es “menos letal” que el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) o el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS).
Por otro lado la OMS ha elogiado a China por tomar medidas drásticas para contener el virus.
Wuahn, capital de la provincia de Hubei, está llevando a cabo “una muy buena práctica de salud pública”, con vigilancia activa y puerta a puerta, dijo Michale Ryan.
Cerca de 56 millones de personas están en cuarentena en la provincia de Hubei, foco de la epidemia.
Sin embargo la situación continúa difícil en Wuhan, donde el director de un hospital falleció el martes, el séptimo trabajador del área salud que sucumbe a la epidemia del COVID-19.