Señor Director:
Enfrentados a una época de incertidumbre, a una desaceleración de la economía y a una menor confianza de los consumidores, las empresas han comenzado a tomar sus resguardos, recortando costos en sus procesos, donde la tentación siempre es el recorte de personal.
Desafortunadamente, la cifra de despidos se incrementó bruscamente a partir de fines del año pasado, en parte, como consecuencia del estallido social, pero claramente, derivado de una sobrerreacción de algunos así como del aprovechamiento de otros. Y la mala noticia es que se prevé que la destrucción de empleos continúe.
Por ello es que se requerirá una acción más decidida del Estado para mitigar los efectos en el desempleo, pero a la vez, para mejorar las condiciones para invertir y generar nuevos puestos de trabajo, y en eso último estamos muy al debe.
Ignacio Ruiz