O’Higgins, un visionario de las regiones

Cuando pensamos en Bernardo O’Higgins Riquelme, solemos ubicarlo entre los grandes protagonistas de la Independencia de Chile. Pero antes que Libertador, fue hijo de esta tierra. Nació en Chillán Viejo; allí creció, aprendió sus primeras palabras y se formó. Lejos del centro donde se tomaban las decisiones, forjó el carácter, las convicciones y la huella que lo acompañaron toda su intensa vida.
Bernardo O’Higgins no solo luchó contra la corona española. También encarnó lo que hoy llamaríamos un verdadero regionalista: promovió la participación de las personas y empujó un sistema más justo y representativo. Reconoció la fuerza y el valor de las provincias y confió en su gente.
Su liderazgo se levantó desde una zona que enfrentaba la adversidad con coraje y reclamaba independencia. Por eso su legado trasciende Chillán y Chillán Viejo: representa a Ñuble entero, a su gente, su identidad y su potencial.
Cuando oímos su nombre, recordamos el parque monumental, una gran avenida que une la intercomuna y, sobre todo, nuestra región. Lo sentimos como uno de los nuestros.
Nuestro prócer entendió que la patria no podía construirse desde el centralismo, sino como la suma de todas sus voces. Esa mirada nos interpela hoy con más fuerza que nunca y nos dio la razón para nacer como región.
O’Higgins también mostró un profundo sentido de servicio. Se preocupó por el bienestar de su pueblo y promovió el desarrollo del país. Ese ejemplo nos guía.
Sin embargo, la deuda del poder central con Ñuble sigue pendiente. Nuestra región, heredera del espíritu de los grandes, merece mejores condiciones para desplegar todo su talento: en salud, en educación, en conectividad, en oportunidades para las y los jóvenes y en la puesta en valor de nuestro patrimonio. Exigir mejoras para quienes habitan este territorio, es honrar a quien entendió que Chile se construye desde sus regiones, con equidad territorial.
A las puertas de conmemorar los 250 años de su natalicio (2028), no basta con pronunciar discursos solemnes ni con erigir grandes monumentos. El mejor homenaje que le podemos brindar a Bernardo O’Higgins es asumir su coraje, su mirada innovadora y su compromiso con esta tierra. Recordarlo como el primer regionalista dignifica nuestra historia y nos obliga a proyectar un futuro en el que la región de Ñuble ocupe, al fin, el lugar que merece en el desarrollo de nuestro país.
Óscar Crisóstomo Llanos
Gobernador regional de Ñuble