Señor Director:
Paradójicamente hoy los ciudadanos nos encontramos en peor situación en cuanto a nuestros derechos políticos que antes de la ley 20.568, que estableció la inscripción automática y el voto voluntario, toda vez que desde la plena vigencia de la CPE de 1980, la regla de oro fue que el voto solo era obligatorio para quien voluntariamente se inscribía en los registros electorales. En consecuencia, quien no deseaba participar en proceso eleccionario alguno le bastaba con no inscribirse en dichos registros. Hoy, ese derecho se nos quitó. Con un gobierno progresista, la legislación es más totalitaria, menos democrática que la que nos dio la dictadura. A luces vista, es necesario crear un nuevo padrón desde cero, informando a los ciudadanos y dándonos al menos iguales derechos que antes de la 20.568, es decir que quien se inscriba está obligado a votar. No entiendo por qué no se ha atacado la inconstitucionalidad de la ley 21.524.
Eduardo Esteban Díaz Morales