El último incendio forestal registrado en Ñuble, este último fin de semana, en el sector Huaro de Coelemu, reflejó la caracterización que han tenido los siniestros de este tipo durante esta temporada en la región. Numerosos y agresivos, aunque con pocas hectáreas quemadas. La emergencia en Coelemu se suscitó el sábado motivando una alerta roja por parte de Conaf y Senapred debido al riesgo de que el fuego afectara a viviendas cercanas, lo que afortunadamente no ocurrió, dejando 2,9 hectáreas afectadas y motivando el levantamiento de la emergencia durante la jornada del domingo.
Este foco incendiario motivó a la autoridad regional de la Conaf a llamar la atención sobre las particularidades de la temporada de incendios en la región. Hasta el momento, se registran 292 siniestros, un 64% más que la temporada anterior 2022-2022 (178) lo que confirma el aumento que han tenido los focos incendiarios durante los últimos meses. La estadísticas reflejan, además, una tendencia al incremento durante los últimos años, puesto que esta temporada presenta un 152% más que el promedio del último quinquenio (115.8 incendios).
Lo contrario, sin embargo, ocurre en materia de superficie afectada. En la actual temporada el fuego ha arrasado con 868.2 hectáreas, un 70 por ciento menos que la temporada anterior (2934.19 hectáreas) y un 23% menos que el promedio de los últimos cinco años (1122.58 ha).
Cerca de urbanizaciones
Respecto a las causas, se da por descontado el factor humano como gatillante de los incendios forestales. Ya se ha reiterado que el origen de los incendios, recae en la acción humana. El 99,7% de los incendios se inician ya sea por descuidos o negligencias en la manipulación de fuentes de calor, o por prácticas agrícolas o por intencionalidad, originada en motivaciones de distinto tipo, incluso la delictiva, según la Corporación Nacional Forestal.
Lo novedoso, sin embargo, es que el inicio del fuego cada vez ocurre con mayor cercanía a zonas urbanas o viviendas conjuntas en sectores rurales. Así lo reflejan el alto número de alertas roja que se ha conocido esta temporada, justamente debido a la cercanía de las zonas pobladas.
A propósito del gran incendio de fines del año pasado en Viña del Mar, un grupo de parlamentarios presentó un proyecto de ley que establece prohibiciones para el uso de suelos afectados por incendios forestales y aumenta las penas al delito de incendio.
Los autores del proyecto de ley señalan que “nos encontramos atravesando una de las temporadas de incendio más compleja en los últimos años”. Ante estas situaciones, ronda la idea de que los incendios forestales han sido empleados como parte de procesos informales de urbanización.
Añaden que también existen otras causas que aportan en la ocurrencia de un mayor número de hechos de incendios forestales, como es la quema de basura de manera ilegal; los asentamientos urbanos por medio de tomas ilegales, las cuales se emplazan en zonas rodeadas de vegetación y la mala mantención de los espacios bajo el tendido eléctrico, entre otros factores.
Malas prácticas veraniegas
Por todo esto, es que el llamado de la autoridad hoy día es a evitar realizar prácticas veraniegas que pueda ser causante de un foco incendiario. De ahí que la mirada apunten a prácticas comunes durante este verano, como los campings, los que han aumentado este año debido al alto valor del arriendo de cabañas o viviendas en las zonas turísticas.
“Si van a salir de camping, evitar hacer asados, llevar sandwich y jugos y ubicarse cerca de fuentes de agua”, afirmó Juan Salvador Rodríguez, director regional de la Conaf.
“El llamado que hacemos es extremar los cuidados de prevención y a la corresponsabilidad, lamentablemente estamos cada día con mayor aumento de incendios forestales, la semana pasada tuvimos dos alerta roja, en El Carmen, con más de 90 hectáreas afectadas y en San Ignacio con alrededor de 20 hectáreas”, afirmó el directivo.
Hasta el momento la Provincia de Diguillín concentra en Ñuble el mayor número de incendios, seguido de Itata y Punilla. Por comunas, encabezan el listado Ránquil, Quillón y Chillán.