Señor Director:
En cumplimiento de su deber, sin pensar en su familia sino en proteger a la ciudadanía, el Cabo Daniel Palma fue asesinado en la vía pública sin mediar provocación ni permitir reacción alguna. Recibió dos disparos percutados a corta distancia directamente a su cabeza. Esto no es un simple homicidio, es un ajusticiamiento cobarde a manos de una delincuencia violenta y desatada, que lo convirtió en un nuevo mártir de Carabineros.
Esta situación crítica de protección de nuestras policías va más allá de las leyes, acuerdos y del gobierno de turno y, por desgracia, no se resuelve solo con medidas coercitivas. Esto pasa por un tema cultural, generacional, familiar y valórico. Nuestra sociedad, en su conjunto debe tener claro que todos quienes velan por su seguridad, lo hacen exponiendo su vida y de forma voluntaria. Nadie obligó al Cabo 1° Daniel Palma a ser Carabinero, lo hizo por vocación y convicción. Hoy le debemos respeto a nuestras policías y debemos condenar, transversalmente, este nuevo asesinato.
Gral (r) Aldo Vidal
Asesor del Comité Técnico de ASEVA