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Nuevo estudio alerta sobre persistencia de toxinas en la Laguna Avendaño

Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad del Bío-Bío evidenció la presencia persistente de microcistina-LR, una toxina producida por cianobacterias, en la Laguna Avendaño de Quillón, incluso en periodos sin floraciones visibles. El hallazgo alerta sobre riesgos potenciales para la salud pública en un cuerpo de agua intensamente utilizado con fines recreativos.

El artículo, titulado “Persistence of microcystin LR in a warm monomictic lake under anthropogenic pressure in south-central Chile”, fue publicado recientemente en la revista Environmental Monitoring and Assessment, indexada en el Web of Science (WoS). El trabajo fue desarrollado por Nicolás Reyes Quinteros, y forma parte de los resultados de su tesis de magíster, en colaboración con la académica Dra. Patricia Arancibia Ávila, directora del programa de Magíster en Ciencias Biológicas y miembro del claustro del Doctorado en Ciencias con mención en Recursos Naturales Renovables; Claudia Leal Medina, egresada del Magíster en Ciencias Biológicas UBB; Pamela Jara, egresada del Doctorado en Ciencias y Rodrigo González-Saldía.

El trabajo se extendió entre agosto de 2023 y noviembre de 2024, con mediciones mensuales realizadas en tres puntos del lago que representan distintos niveles de influencia humana: balneario municipal (alta), el sector frente al Cendyr Náutico (moderada) y el sector sur de la laguna (mayor profundidad y menor intervención). En cada sector se midieron parámetros como temperatura del agua, pH, saturación de oxígeno, nutrientes (nitratos, nitritos y ortofosfatos) y niveles de microcistina-LR. Además, se aplicó microscopía óptica para identificar organismos y se realizaron análisis estadísticos para evaluar diferencias significativas entre zonas y meses.

Estas toxinas son producidas por ciertos géneros de cianobacterias, como Microcystis y Dolichospermum, cuya presencia fue confirmada en la laguna durante el periodo analizado. El estudio detectó concentraciones de microcistina-LR entre 0,2 y 1,8 µg/L. Si bien estos valores no superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para aguas recreativas, la OMS establece un valor guía de 1,0 µg/L para aguas destinadas al consumo humano. Considerando que los bañistas pueden ingerir agua accidentalmente durante actividades recreativas, estos niveles representan un riesgo potencial. Cabe destacar que dichas concentraciones se registraron incluso en ausencia de floraciones visibles de cianobacterias, lo que evidencia que la toxicidad puede persistir aun cuando el cuerpo de agua no presenta señales evidentes de peligro.

En cuanto al estado trófico, la laguna pasó de mesotrófica en agosto de 2024 a oligotrófica en noviembre del mismo año, lo que evidencia la influencia de las lluvias y de la disponibilidad de nutrientes. Asimismo, se registró un comportamiento monomíctico cálido, con estratificación térmica temporal que afecta la distribución de nutrientes y oxígeno.

Implicancias para la salud pública y gestión ambiental

La persistencia de toxinas sin floraciones visibles subraya la urgencia de implementar sistemas de monitoreo continuo y en tiempo real, especialmente en lagos de uso recreacional. El equipo de investigación destaca que estos resultados son cruciales para prevenir riesgos en zonas turísticas y urbanas.

A nivel nacional, el estudio enfatiza la necesidad de avanzar hacia normativas específicas sobre cianotoxinas en aguas continentales y fortalecer las políticas públicas vinculadas a la gestión de cuerpos de agua bajo presión antropogénica.

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