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Un grupo de 30 personas se atienden mensualmente, en la nueva Unidad de Cuidado Renal Avanzado del Hospital Clínico Herminda Martín, que está ubicada en el Centro Ambulatorio de Especialidades y lleva un mes en funcionamiento. Su propósito es brindar un cuidado integral a quienes se encuentran en una etapa avanzada de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) y no pueden mejorar su calidad de vida con diálisis.
Esta nueva prestación ofrece un cuidado integral a los pacientes con desmedro progresivo e irreversible de la salud, quienes hasta ahora no tenían otra alternativa más que la diálisis, aunque ella no mejorara significativamente su expectativa ni calidad de vida.
De acuerdo con la Dra. Daniela Lizama, nefróloga y jefa de la Unidad de diálisis del HCHM, el propósito de esta nueva estrategia es diversificar el tratamiento, para un grupo específico de personas, ofreciendo controles periódicos y atención integral.
La especialista explicó que el tipo de usuarias y usuarios atendidos bajo esta modalidad “son personas que, si bien pueden requerir diálisis, esta terapia no mejorara su calidad ni expectativa de vida, debido a lo avanzado de la enfermedad y también a la presencia de otras patologías. Por eso implementamos esta alternativa que busca realizar un seguimiento estricto, con enfermera y nutricionista además de brindarle un tratamiento farmacológico adecuado. Es un seguimiento integral, liderado por un médico que ofrece un mejor control para su condición de salud renal, que por lo general es avanzada y se sitúa en etapa 4 o 5”.
Su implementación es posible gracias al convenio de colaboración que el hospital suscribió con la Fundación de Salud Renal, FUSAR.
A través de esta alianza, la fundación contratará los servicios de distintos profesionales para la atención de las y los pacientes, equipo que a su vez se coordinará con otras especialidades del Hospital (cuidados paliativos, geriatras) y la atención primaria para ofrecer las mejores opciones de cuidado.
La Dra. Lizama, precisó que la enfermedad renal crónica, es la pérdida lenta de la función de los riñones afectando cualquiera de sus estructuras. “Su avance es tan lento, que las personas no presentan síntomas hasta que los riñones dejan por completo de funcionar y uno se encuentra con la etapa final de esta enfermedad, donde estos órganos no pueden eliminar suficientes desechos ni el exceso de líquido del cuerpo, necesitándose una terapia como diálisis o trasplante riñón”.
La ERC es uno de los principales problemas de salud pública mundial, ya que disminuye la calidad y expectativa de vida de las personas que la padecen y genera una carga sustancial para los sistemas sanitarios. Además, los pacientes de este tipo, presentan mayor morbi-mortalidad que la población general, siendo la enfermedad cardiovascular la principal causa de muerte en este grupo, asociado a la alta prevalencia de factores de riesgo como diabetes mellitus tipo 2 (DM2) e hipertensión arterial (HTA).