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Técnico en informática, electricista y otros oficios son los que maneja José Luis Valenzuela, quien actualmente es vendedor de flores, fuera del acceso del mercado techado de Chillán.
Hace cerca de 20 años que trabaja en lo mismo, cuenta con permiso municipal y con su esfuerzo ha logrado titular con cartones universitarios a dos hijos, y un tercero que va en vías.
Conoce bien la dinámica del comercio ambulante, sabe quiénes son los inspectores duros, los menos duros; los carabineros que no perdonan y los que sí perdonan. Sabe quién se metió recién en el negocio, a los más antiguos y sabe quiénes tras una fachada de pobreza, forman parte de una cadena comercial que termina Dios sabe dónde, pero que de pobres no tienen nada.
“Nunca antes había visto tanto comercio ambulante, nunca”, comenta.
Y pese a que el giro de la venta de flores no es un gran atractivo para los extranjeros indocumentados ni para quienes formaron cadenas ilegales de comercio callejero, estima que “me parece bien que se haya hecho una ordenanza. Esto ya está demasiado desordenado”, aunque admite que “veo difícil que lo hagan. En otras partes, donde se ha intentado erradicar, ha sido pura pelea, porque uno nunca sabe quién está detrás de todo esto. Por lo demás, a veces llegan personas en situación de calle a pedir que uno les pase mercadería para salir a venderla a otras partes. Al menos, cuando a mí me piden, no les doy, porque no me sirve, ya que lo que busco es que las personas que compran me vuelvan a comprar a mí”.
La ordenanza a la que hace alusión, se aprobó por parte del Concejo Municipal de Chillán, el pasado lunes 8 de julio y estableció desde la zona en que la actividad será realizada, hasta qué tipo de personas pueden acceder a uno de los 80 permisos anunciados por el municipio, pasando por los productos autorizados para ser comercializados y el perfil social que se exigirá a los postulantes.
La necesidad de crear este reglamento se motivó por la entrada en vigencia de la Ley 21.426 (2021) que obligaba a los municipios a dictar una ordenanza, y por el excesivo aumento de comercio ambulante que se advierte, ya no solo en el centro de la ciudad, sino en algunas de las vías estructurantes como la avenida Vicente Méndez, Andrés Bello, camino a Las Mariposas, camino a Parque Lantaño o Paul Harris, dejando como un tema aparte el rebelde fenómeno de calle Los Puelches, durante los fines de semana.
Por lo demás, para Carabineros y la propia Inspección Municipal, ha sido un trabajo que exige redoblar esfuerzos el controlar el comercio asociado al delito de contrabando, como es el caso de los cigarrillos extranjeros, la ropa falsificada o la venta de medicamentos que pareciera siempre presente y voceada con total desparpajo en el corazón de la plaza Sargento Aldea.
Lo anterior favorece, además, a la delincuencia, lo que se refleja en las estadísticas de la plataforma STOP de Carabineros, que mientras establecen una baja del 2,1% de los delitos en general, muestran, además, que es precisamente el lanzazo o robo por sorpresa (tan propio de los centros desordenados) el que más ha aumentado, con un 16% hasta la semana del 7 de julio de este año.
El concejal Rodrigo Ramírez, presidente de la comisión Seguridad del Concejo Municipal, advierte que “estamos conscientes que las personas necesitan trabajar y que la situación económica del país es compleja, sin embargo, esto no significa que tengamos que salirnos de los márgenes legales o hacer lo que sea para generar recursos. Acá, hay gente necesitada, vecinos de nuestra comuna que necesitan estos permisos, y ellos son los más perjudicados por esta falta de orden, esta falta de reglamento, son los que peor lo pasan, cuando llegan personas de otros lados y los pasan a llevar, entonces, acá más que limitar, lo que buscamos es simplemente ordenar la casa y darle seguridad a las personas”.
De ahí para fuera, no
Conforme a las estimaciones realizadas por el personal de Seguridad Municipal de Chillan, en la comuna ejercen sobre 250 personas de manera ilegal.
Como son personas que incurren en una dinámica libre, aparecen y desaparecen dependiendo de las fiscalizaciones, o se cambian constantemente de lugar.
Para poder identificar a los autorizados, se les entregarán credenciales y cada puesto contará con un código QR con la información de la persona poseedora del permiso, espacio público asignado, dimensiones del puesto y el giro permitido.
Para postular a un permiso, las personas naturales deberán cumplir los siguientes requisitos: Ser mayor de 18 años, ser chileno o extranjeros que se encuentren en situación regular y habilitados para trabajar en el país.
Ser preferentemente habitante de la comuna de Chillán, no ser propietario o socio de un negocio establecido.
No ser titular de algún otro permiso de ocupación de Bien Nacional de Uso Público en la comuna.
Contar con Registro Social de Hogares extendida por el Ministerio de Desarrollo Social y/o a través de un informe social, emitido por un profesional trabajador social que preste servicios en la Municipalidad de Chillán, debiendo presentar documentación que determine el municipio, que permita corroborar el estado de situación actual del postulante.
Sin lugar a dudas, que uno de los puntos establecidos en la ordenanza cuyo cumplimiento o desobediencia será posible notar con mayor facilidad, es respecto al área autorizada para la actividad.
Según la ordenanza hay un cuadrante autorizado para el comercio ambulante, el que se circunscribe entre las calles El Roble, 5 de Abril, Arturo Prat y Sargento Aldea, totalizando un área de nueve manzanas, las manzanas consideras como el “caso comercial histórico” de la ciudad.
Sin embargo, hay otros puntos en lo que los comerciantes por años han ocupado sus espacios públicos, como fuera del terminal María Teresa, Los Puelches, Francisco Ramírez con Argentina (sector Hospital Herminda Martín), fuera del Homecenter o en Vicente Méndez (leña y productos agrícolas).
Ante esto, la directora fue tajante y dijo sin margen a las dobles lecturas que, “se entiende que no hay ningún otro lugar autorizado para ejercer comercio ambulante fuera del cuadrante establecido. Por tanto, cualquier persona que esté ejerciéndolo en otro lugar no está autorizado y se considera ilegal.
Es en este punto que ha lugar recordar que en diversas oportunidades en que los vendedores ambulantes no autorizados han visto en amenaza sus fuentes de ingresos, han realizado manifestaciones y han buscado (con escaso éxito) acercar posiciones con la Municipalidad.
Peor es incluso lo que se ha observado en otras ciudades de Chile, con verdaderas batallas como en Temuco o los constantes conflictos en la comuna de Estación Central de la región Metropolitana.
Consultada al respecto, la directora advierte que “nos hemos tomado el tiempo necesario para tener nuestra ordenanza actualizada, lo cual nos permitirá fiscalizar adecuadamente, Tanto nosotros como otras instituciones”, aludiendo de esta forma a la actuación que esperan de un trabajo conjunto con Carabineros.
Alejandra Martínez, directora de Inspección Municipal y Seguridad, aclara respecto al punto que establece que se otorgarán permisos “preferentemente” y no “exclusivamente” a los vecinos de la comuna, que “se estableció así para no generar una discriminación arbitraria. Sin embargo, frente a dos postulaciones en igualdad de condiciones, se va a preferir a personas de Chillán”.
Nada de comida hecha en casa
La ordenanza también restringió los artículos a ofrecer por parte de este tipo de comercio, dejando en claro que no se permitirá la venta de anticuchos, sánguches, ni dulces caseros sin rótulo sanitario emitido por la autoridad competente.
Se añade a lo anterior, otros comestibles como frutas y/o verduras frescas aptas para el consumo. Frutas secas o deshidratadas, las cabritas de maíz y algodón dulce (en carro), helados envasados y rotulados. Todos estos productos deben contar con autorización sanitaria.
El artículo 3 de la ordenanza establece como permitidos los dulces, caramelos, confites y chocolates elaborados por fábricas autorizadas por la autoridad de salud competente.
Autoriza, además, la venta de artículos de temporada como volantines, banderas, remolinos, artículos navideños; las flores, plantas, semillas y hierbas medicinales (autorizadas por la autoridad competente), junto con artículos de bazar y paquetería.
Y aunque hay una cantidad relevante de personas que comercializan insumos de telefonía como cables, cargadores, protectores o juguetes, y artículos eléctricos que no están contemplados en los artículos de la ordenanza, el reglamento eventualmente les abre una puerta al establecer permisos para “cualquier otro rubro no identificado que sea susceptible de ejecutarse en bienes nacionales de uso público por expresa decisión de la autoridad comunal”.
Los incumplimientos por parte de los comerciantes autorizados van desde la amonestación (primera falta) a la suspensión (segunda falta) y al retiro del permiso (tercera falta).
En vigencia el 1 de noviembre
Para la concejala Quenne Aitken, el que la entrada en vigencia de esta ordenanza sea el 1 de noviembre tiene doble lectura: “sabemos que es un tema complejo y que en octubre son las elecciones municipales, pero eso es algo comprensible. Sin embargo, a la vez se le otorga a los comerciantes un plazo de tres meses para que puedan definirse, o iniciar sus postulaciones para regularse”.
Finalmente, el presidente de la Cámara de Comercio de Chillán, Alejandro Lama, pidió rigurosidad en las fiscalizaciones y dijo que “si se dice que se entregarán 80 permisos, esperamos que sean en efecto 80 los comerciantes ejerciendo y no más que eso”.