Señor Director:
Ante la necesidad de ampliar la capacidad carcelaria, sobre todo para presos peligrosos, ¿por qué no buscar una isla del sur, con superficie suficiente para que los internos desarrollen acti-
vidades agrícolas y de a poco puedan insertarse y sanarse mentalmente. El drama carcelario se arrastra por muchos
años, pero hemos tenido legisladores que no han sido capaces de dar solución definitiva. Es vergonzoso, solo les interesa ser reelegidos y cobrar mes a mes un suculento sueldo.
Armando Schmidt Vivanco
San Carlos