A cinco semanas desde que se confirmó el primer caso de Covid-19 en Ñuble, la curva de contagios, que en un momento nos situó en segundo lugar después de la Región Metropolitana, parece haberse estabilizado en el territorio.
No le ha tocado fácil a la novel región, que ha debido enfrentar las medidas más duras que se han aplicado en el país para combatir la pandemia, como son la cuarentena total en Chillán y Chillán Viejo y el cordón sanitario para la intercomuna.
Para el intendente, Martín Arrau, la estrategia adoptada a nivel local ha sido eficaz, no obstante, advierte, “Los ñublensinos deben acostumbrarse a que la vida como la conocieron, se acabó”.
“Las conclusiones que sacamos de las medidas adoptadas son varias. Primero, sí tenemos herramientas para modificar la velocidad de propagación del virus, y tomando la medidas apropiadas, sumado a un cambio importante de los hábitos y actitud de las personas, sí hay efectos. Durante varios días hemos visto reducciones consistentes de la tasa de contagios. Sin embargo, hay otras conclusiones, como que este virus nos obligó a cambiar nuestra forma de vida, nos quitó un espacio que no vamos a recuperar”, afirmó el jefe regional.
– ¿Temen que las buenas cifras de los últimos días puedan dispararse ante la eventualidad de un nuevo brote del Covid-19 en la región?
– Sin duda, hoy estamos con cordón sanitario y cuarentena. Pero aquella cuarentena romántica, encerrados en nuestras casas, es poco sostenible en el tiempo. Al principio todos, políticos y ciudadanos, apoyaban esta medida, y hoy con desesperación mucha gente tiene que ‘parar la olla’ y lo está pasando mal económica y sicológicamente. La OMS lo ha dicho, se trata de medidas de shock, transitorias, y es por eso que al relajarlas, si esto no va acompañado de un cambio de hábitos y un compromiso profundo de las personas, puede haber un nuevo brote y un aumento de casos contagiantes. Si nos va bien o mal en esto, no será porque tenemos más ventiladores mecánicos, sino porque las personas cambiaron sus hábitos.
– ¿Podrían levantarse la próxima semana la cuarentena y el cordón sanitario en la intercomuna?
– Está dentro de las posibilidades, debemos esperar hasta el martes para confirmarlo, pero no veo que puedan durar mucho más, pues su impacto social es muy alto. El gran desafío que tenemos ahora es liberar algunas de las medidas de control y seguir con bajas cifras de contagio.
– ¿Se podría levantar la cuarentena y no el cordón sanitario?
– Está dentro de las posibilidades, lo estamos evaluando. Aquí también hay que ver la fuerza con que uno cuenta, porque al levantar el cordón podríamos usar esa fuerza para ir a donde hay mayor tráfico de personas, a ordenar público. Estamos evaluando todos los escenarios futuros en este cambio de condiciones. Aquí debemos asumir un cambio de actitud, y lo veremos cuando levantemos estas medidas, y la gente no salga como loca, como ocurrió previo a la cuarentena en los supermercados. Ya se demostró que no pasa nada, el abastecimiento no está en peligro.
Ventajas de Ñuble
– Las condiciones “de base” de la Región de Ñuble (altos niveles de cesantía, empleos precarios), sumado a una alta tasa de adultos mayores, ¿Podrían dejar al territorio en desventaja frente a otras regiones, una vez pasada la emergencia?
– Estamos preparándonos con instrumentos de fomento y con un mayor gasto público. Lo que sí creo, es que las condiciones de ruralidad, dispersión geográfica y menor costo de la vida de Ñuble nos dan más ventajas que desventajas. Acá es muy difícil morirse de hambre porque los alimentos son más baratos, nos las arreglamos, somos más ‘busquillas’, quizás porque hemos vivido siempre con menos recursos. Honestamente, creo que nos puede ir mejor que a otras regiones. Una cuarentena prolongada en zonas urbanas o muy pobladas como Santiago, es tremendamente más difícil que en una zona rural, y son precisamente las comunas rurales las que tienen tasas más bajas de contagio.
– ¿Es autocrítico respecto de cómo respondió en el comienzo de la pandemia el Servicio de Salud Ñuble, cuyo actuar poco prolijo posibilitó uno de los brotes a nivel local?
– Autocrítica… Ya tenemos bastantes críticas. Lo que sí puedo decir es que hubo un brote en un gimnasio y luego en una capacitación del SSÑ, que generó otros entre funcionarios de la salud. Pero este mismo Servicio de Salud ha sido capaz en estas cinco semanas de seguir trabajando sin parar, lo que demuestra una tremenda fortaleza. En cada hospital se han mejorado prácticas de seguridad, y se ha ido tomando conciencia. Un alto porcentaje de funcionarios de la salud contagiados está en Ñuble, pero varios están saliendo de sus cuarentenas, y hoy están inmunizados, lo que es un aspecto positivo.
– ¿Cómo habría sido la gestión de esta crisis si hubiésemos seguido formando parte de Biobío?
– Eso es política ficción. Lo que sí puedo decir es que hemos invertido miles de millones de pesos del FNDR rápidamente para apoyar al Servicio de Salud, a los municipios, y hemos ‘puesto la pelota’ donde hay que ponerla. Eso es porque hay conocimiento local y cercanía, yo hablo todas las semanas con todos los alcaldes de Ñuble. Eso sería imposible en una región con más de 50 comunas. Es impresionante cómo la mayor cercanía nos trae una mejor gestión, es una ventaja enorme.
– La emergencia obligó a extender el período de los actuales intendentes. ¿Cómo ha cambiado esta emergencia sanitaria el enfoque de su gestión?
– Ha sido un cambio total. La orgánica de los equipos se ha modificado completamente, algunos siguen trabajando en los regular, en las cosas que se hacen normalmente; y gran parte está enfocado ciento por ciento en el coronavirus. En lo personal, el 70% de mi tiempo lo tengo dedicado a esto y a sus consecuencias. Los gobernadores han asumido un rol potente en sus provincias, y algunas seremías se han activado mucho más, como la de Salud. Cambió la lógica, y los temas más políticos pasaron a un quinto plano.
– ¿Cree que el oficialismo se juega su permanencia en el gobierno con el manejo de esta crisis?
– No, en lo más mínimo. El desafío aquí es salvar cuantas vidas podamos, y ojalá tener el menor impacto social y en la vida de las personas. Quien esté haciendo algún cálculo electoral está muy perdido.