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Ñublense se despide del sueño sudamericano tras agónica derrota

Mauricio Ulloa

Se va el partido y la caldera del “Diablo” está a punto de estallar.

Las hinchadas de Ñublense y Huachipato rugen y parece que el cero a cero está sentenciado, liquidando las opciones de ambos equipos. Sin embargo, el fútbol sabe de finales épicos e ilusiones que renacen.

Cuando el Rojo buscaba sin ideas claras el gol de la victoria, para seguir con opción de clasificar a la Copa Sudamericana, los acereros, de milagro, en casi el último minuto de descuento (96’), logran la hazaña.

Una pelota aérea al segundo palo es desviada por Matías Rodríguez, pero impulsada adentro del arco por el zaguero rojo, Enzo Guerrero.

Los más de mil 200 hinchas del “Acero” festejan con las gargantas desgarradas y los “Rediablos” sienten el golpe, al igual que los jugadores de Ñublense, que caen incrédulos al césped, asumiendo que el sueño copero ha sido sepultado.

Así, sufriendo hasta el final, los “diablos rojos” se despidieron de toda opción para buscar la clasificación al torneo internacional, en la última fecha del torneo, ante Universidad de Chile.

Dolió como nunca la derrota agónica, porque el equipo de Hernán Caputto tuvo opciones para golpear al sublíder del certamen, que ahora definirá la corona con Cobresal en la última jornada, pero las desperdició de manera increíble.

Patricio Rubio, el goleador del equipo, falló solo ante el portero Castellón que atajó a quemarropa su disparo bajo. Después fue Ismael Sosa quien quedó solo frente al portero acerero, quien contuvo su remate. Huachipato, en todo caso, en el primer tiempo, por dinámica, juego asociado, velocidad y transiciones electrizantes, fue mejor que el local y encontró en el arquero Nicola Pérez, una muralla difícil de flanquear. En el complemento, Huachipato, que perdió a Palmezano y Sepúlveda, piezas claves en la zona media, vio resentida su capacidad de gestación y Ñublense comenzó a llegar con mayor protagonismo, creándose ocasiones que no pudieron definir, otra vez Rubio, Opazo, Reyes, Rivera y Sosa. 

Los siderúrgicos, sabiendo que Cobresal se probaba la corona, apostaron sus últimas cartas para ser más incisivo. El partido era de alto vuelo. Entretenido. El mejor del año en Chillán, como expresión de espectáculo futbolístico, jugado en el estadio Nelson Oyarzún.

La impotencia ofensiva de Ñublense se estrelló con el ímpetu final de Huachipato, que buscó con todo el gol de la victoria, el que salió de un afortunado rebote de Enzo Guerrero.

En la última fecha, ya fuera de todo, Ñublense visitará a la Universidad de Chile (sábado 20.30), mientras que Huachipato recibirá a Audax Italiano, buscando el título de campeón.

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