Durante los últimos 15 días el fútbol chileno ha sufrido por diversos hechos de violencia.
Al cierre de esta edición, Universidad de Chile y U. Católica reanudaban un partido que fue suspendido porque hinchas cruzados lanzaron bombas de ruido a la cancha y le causaron una lesión auditiva al portero azul Martín Parra.
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Mientras se desarrollaba el clásico “Arengazo” en el estadio Monumental, hinchas de Colo Colo se subieron a un sector no habilitado del recinto e hicieron que la estructura colapsara y cediera ante la presencia de casi 10 mil personas.
Pese a que no hubo fallecidos varios fanáticos del cuadro albo terminaron lesionados y el partido tuvo que ser reprogramado hasta asegurar que fuera un espacio seguro para poder desarrollar el duelo entre albos y cruzados.
El pasado domingo, un hincha de O’Higgins, murió tras ser baleado a la salida del estadio Santa Laura, hasta donde acudió para ver jugar a su equipo ante Unión Española.
Ese mismo día, hinchas de la U protagonizaron incidentes con Carabineros en el estadio La Portada de La Serena, lo mismo que sucedió en la tarde en el estadio Monumental con fanáticos de Colo Colo.
En el caso de hinchas albos no solo se enfrentaron a los uniformados, sino que también saquearon locales comerciales aledaños al estadio, lo cual quedó grabado en un registro que fue compartido en redes sociales.
Y cómo si fuera poco, al final de esa violenta jornada, hinchas de Curicó Unido agredieron al delantero Byron Oyarzo, sobre el techo del bus que llevaba al plantel, al intentar sacarle una camiseta.
“Sociedad agresiva”
En Ñublense, repudian esta ola de violencia, pero miran con preocupación el fenómeno desatado.
“Es lamentable lo que está ocurriendo. Ocurren cosas todos los fines de semana. Es una pena porque estamos corriendo muchos riesgos. Es una pena que la gente no pueda ir tranquila al estadio. Pareciera que es un problema social que vivimos en los últimos años. Yo llevo 20 años en Chile y ha cambiado mucho en este último tiempo”, apuntó Sergio Gioino, presidente de Ñublense.
“Estamos pocos tolerantes. Es parte de la sociedad. Estamos todos agresivos. La generación del 70 y 80 está sosteniendo este mundo. Somos de una generación donde todo era distinto. Ahora todo está muy agresivo. Y no solo en el fútbol, sino que en la vida. Hay mucha gente mal intencionada que quiere ver mal lo que está bien. Es lamentable. Hay que cambiar esto”, sentenció Jaime García, que prepara el choque con Huachipato, el que fue fijado para el sábado 22 de octubre a las 17.30 en Chillán.
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