Señor Director:
Ñublense: cuánta alegría nos das esperando tus triunfos, y esperando que la suerte te acompañe. La hinchada que te representa hace vibrar a toda una región futbolera, que sabe gozar de tus triunfos y estoicamente aceptar tus derrotas, esperando en una próxima fecha con el alma henchida de gozo volver a celebrar.
Quiero contar lo que era Ñublense a los pocos años de su inicio. Su presidente era el odontólogo Don Lautaro Vásqez Landa; jugaban en ese tiempo el Negro Gornal, el Pelao Cortázar, el Pepe Duahrt, el Pato Fonseca, Munita, Escobar, Solar, Fernández, etc.
Si nos ubicamos en nuestra ciudad, específicamente en calle Constitución, más allá del Teatro Central, donde está el mall Las Terrazas, estaba ubicada la sede social de Ñublense. Su concesionario era Santiago Morales, artífice de este centro de unión ñublensino, lugar obligado y reservado para conseguir sus exquisitas empanadas. Era un lugar propicio para hacer los pronósticos del partido de la tarde y de vuelta para celebrar los triunfos o pasar la pena de las derrotas. Recuerdo que el inmueble era de madera, largo y angosto. A la izquierda, dos grandes vitrinas que lucían el comistrajo del día. Había cabezas de chancho muy bien decoradas, mariscos y pajaritos, más al fondo, en la segunda vitrina, estaba llena de trofeos y copas conseguidas por el Club, además de calcomanías y banderas en oferta para los socios. A lo largo innumerables mesas donde se jugaba al cacho o a otros juegos, ya más al fondo, un lugar adecuado para el palitroque.
Así me gustaría ver a Ñublense, ¿Será posible?
Dr. Alejandro Escobar Z.
Ex médico de Ñublense.