Con la puesta en operaciones de más de 120 proyectos de generación eléctrica en la región, principalmente parques solares, durante los próximos 20 meses, la potencia instalada de generación se duplicará y Ñuble pasará a ser una región excedentaria. Así lo dio a conocer el seremi de Energía, Manuel Cofré.
“Este año 2021 la potencia demandada en Ñuble se ubica en torno a los 250 MW, mientras que la oferta se ubicará en un nivel similar este año; sin embargo, el próximo año, cuando estén operando los más de 120 proyectos que tenemos en evaluación y ya aprobados, la oferta se duplicará, para llegar a una potencia de 500 MW, lo que marcará un hito, ya que podríamos tener excedentes para inyectar al sistema nacional”, explicó la autoridad.
Sin embargo, aclaró que este número es solo un indicador, y que analizarlo de manera individual puede inducir a error, porque la mayoría de las centrales son fotovoltaicas, que tienen un factor de planta bajo en comparación con otras fuentes más continuas, por lo que, en términos simples, la región sería excedentaria solo durante aquellas horas de mayor radicación solar durante el día. “Por ello, es muy positivo que se incorporen a la matriz los parques eólicos, que tienen un factor de planta más alto y son complementarios con los fotovoltaicos”, valoró.
Respecto a la condición de excedentaria, el seremi hizo hincapié en que es mucho más positivo para Ñuble que el crecimiento de su economía se traduzca en un mayor consumo energético. “El desafío de Ñuble es aumentar la demanda. Ojalá seamos capaces de crecer a tal ritmo que ocupemos toda nuestra energía”, sentenció.
Coincidió con Manuel Cofré el académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, Dr. Claudio Roa, quien reconoció que “es probable que en el corto plazo la Región de Ñuble sea excedentaria en la generación de energía, porque aparte de la generación solar, que debiese impulsarse súper rápido, hay sectores donde se le puede sacar mucho provecho a la generación eólica, particularmente en la zona costera y probablemente en la precordillera, pero para eso hay que hacer mediciones, porque no todos los vientos sirven, se requieren 18-24 meses de mediciones, porque lo que se busca es una velocidad mínima de viento y cuántas veces en el año (y en el día) se alcanza”.
Pero el ingeniero civil eléctrico advirtió: “no piensen que porque la región vaya a ser excedentaria en la producción de energía, los precios de consumo vayan a bajar, eso es un carril completamente distinto”.
Parques eólicos
El 18 de marzo, la empresa penquista Consorcio Eólico (Inversiones Bosquemar Ltda.) ingresó a evaluación ambiental el proyecto “Parque Renovable Entre Cerros”, que se localizará en Portezuelo, que considera un parque eólico (46,2 MW) y un parque fotovoltaico (43,8 MW), cuya construcción se espera iniciar en julio de 2023.
Cofré subrayó que se trata del primer parque eólico en la región, aprovechando las ventajosas condiciones que ofrece la región. En esa línea, adelantó que “Entre Cerros” es el primero de cuatro proyectos eólicos que debieran someterse a evaluación ambiental en los próximos meses, lo que aseguró, “da cuenta de las grandes proyecciones que tiene este tipo de energía en la región”
De igual forma, Alex Ramos, gerente general de Consorcio Eólico, destacó el potencial eólico de Ñuble. “La región reúne condiciones propicias para el desarrollo de proyectos eólicos y solares, o mixtos, como es el caso de Entre Cerros, pero también porque existen opciones cercanas para conectar los proyectos y de esta forma poder evacuar la energía, además, existen proyectos que tienden a reforzar el sistema de transmisión en la región, lo que contribuirá al desarrollo de iniciativas en las comunas más cercanas a la costa”.
“Como Consorcio Eólico, hoy manejamos una cartera de proyectos de más de 3.000 MW, algunos de los cuales ya se encuentra en tramitación ambiental, y otros en fase de estudios ambientales. Tiene una cobertura desde la Región de O’Higgins hasta Los Lagos, y estamos dando nuestros primeros pasos en Magallanes, porque estamos incursionando en la floreciente industria del hidrógeno verde”, expuso el profesional, quien adelantó que “de manera muy preliminar, estamos explorando otros proyectos en Ñuble, los que podrían significar una importante cantidad de MW”.
Ramos reconoció que existe una gran demanda de proyectos de energías renovables. “La principal razón que impulsa esta demanda obedece a la decisión del gobierno de impulsar normativas que permitirán descarbonizar la matriz energética”.
También analizó que “si bien el costo de la tecnología ha bajado mucho, tanto para solares y eólicos, la caída en los costos es superada por la caída en los precios a los que se comercializa la energía, por lo que los proyectos ya no son tan rentables como en el pasado”.
Por otra parte, Ramos planteó que “aún tenemos dificultades, tal es caso de la conectividad de los proyectos, lo que eleva los costos de inversión y en muchas ocasiones, los inviabiliza económicamente, por lo tanto, en materia de transmisión y conexión de los parques hay mucho por hacer”.
En cuanto a los impactos ambientales, el ejecutivo afirmó que los más conocidos son el ruido, el efecto sombra y potenciales colisiones con aves, entre otros. “Afortunadamente, son relativamente fáciles de abatir, pues muchas veces pasa solo por el compromiso y las políticas ambientales y sociales de la empresa que los desarrolla, debido a que los principales pueden evitarse definiéndolos como criterio de diseño. Por ejemplo, nosotros usamos los más exigentes estándares para el efecto sombra (norma alemana) y nos autoimponemos restricciones, como por ejemplo, 500 metros como distancia mínima a cualquier vivienda, para erradicar el impacto por ruido”, detalló.
Hidrógeno verde
Consultado sobre la posibilidad de desarrollar una industria del hidrógeno verde en la región, Alex Ramos aclaró que “para hablar de un potencial para empujar la industria del hidrógeno verde es un poco prematuro. Se trata de una industria tan incipiente, que hay muchas cosas que aún no se logran determinar con precisión, como por ejemplo, los costos de producción, los precios de venta, la logística asociada, etc., por lo que la búsqueda de proyectos orientados al hidrógeno verde se han concentrado en zonas donde, para el caso de los proyectos eólicos, los factores de planta sean más altos, tal es el caso de Magallanes, donde se pueden conseguir sobre 60%, cuando en Biobío y Ñuble se logran factores entre 30 y 40%”.
Al respecto, el Dr. Claudio Roa explicó que “la obtención de hidrógeno, a partir de la hidrólisis, ha existido mucho tiempo. El problema está en que es muy intensivo en consumo de energía, por lo que es poco rentable si usamos energía cara, como carbón o gas natural. Entonces, al tener disponibilidad de energía renovable hace que el valor de producción de hidrógeno sea bajo, y de ahí nace el concepto de ‘verde’, porque en Chile las energías más baratas que tenemos son la solar y la eólica”.
Por otro lado, el académico expuso que “en Chile no tenemos un mercado muy grande para el uso de hidrógeno verde, tendríamos que cambiar buena parte del transporte a celdas de combustible -que usan hidrógeno-. Entonces, yo veo que es un sueño todavía. Estamos todos hablando de electromovilidad, pero pensando en baterías, y resulta que también puede ser en base a hidrógeno, y de eso se ha hablado poco. En resumen, no tenemos una proyección del mercado de hidrógeno en Chile”.
“Lo que es claro -continuó el académico- es que en Chile tenemos potencial para producir hidrógeno, a precio razonable y competitivo, para ser exportado, porque hay que apuntar afuera. Lo que se debe tener en cuenta es el costo de transporte, que puede subir el precio y hacerlo menos competitivo si pensamos en el mercado europeo, porque lo mismo que estamos haciendo nosotros se está haciendo en África del Norte”.
Asimismo, el Dr. Roa hizo hincapié en la oportunidad -y desafío- que representan las energías renovables para generar mercados en Chile para el uso de baterías y de celdas de combustible (de hidrógeno) no solo para la electromovilidad, sino que en otras áreas esenciales. En ese sentido, destacó el rol del Estado, a través de políticas públicas, como incentivos, para migrar a energías limpias, en un cambio que involucre a toda la comunidad.
“El hecho de tener energías renovables no convencionales, eólica, solar, biomasa incluso, hace que el precio de la energía baje, haciendo que funciones más esenciales, como por ejemplo, la hidrólisis o la producción de agua potable, sean mucho más fáciles de hacer a precios razonables”.
Y si bien aún es un objetivo lejano, el seremi de Energía destacó que hay potencial en Ñuble: “estamos lejos de eso, pero estamos trabajando para desarrollar el hidrógeno verde en la zona”.