Preocupación es la palabra que mejor describe el sentimiento actual del senador PPD por Ñuble, Felipe Harboe.
La poca transparencia en torno a la entrega de cifras de contagio por Covid-19; la cantidad de exámenes que se están realizando en regiones y la escasa apertura de la autoridad regional de Ñuble para canalizar inquietudes, son algunos de los puntos que el legislador opositor espera que mejoren. También cree necesario el inicio de un plan de articulación económica que evite que los efectos de la pandemia golpeen a Ñuble más que a otras regiones.
“Quienes trabajamos con datos venimos hace un rato exigiendo que el gobierno transparente y fundamente sus decisiones. Lo que aparentaba ser tremendamente serio y responsable, que Chile estaba llegando a una meseta, al parecer, no lo es tanto, pues los datos que estaban entregando eran parciales, y eso es muy peligroso”, sostuvo el parlamentario, quien sostuvo que “Esto explicaría, a la vez, las medidas que ha estado adoptando el gobierno, como el retorno seguro o nueva normalidad, algo a mi juicio bastante anticipado, pues en dos días ha habido 1.700 contagiados, un número muy alto. Las decisiones no se están tomando con la cantidad de datos que se requiere para tener una buena proyección, y es preocupante”, afirmó.
– ¿Debe aumentar el número de testeos?
– El 26 de marzo planteé la necesidad de ampliar la cantidad de test y de hacerlo gratuitamente, pues la clave de los buenos resultados de países como Corea del Sur, ha sido el testeo masivo. Acá no sabemos por qué la autoridad dice tener la capacidad para hacer 12 mil test diarios y solo estaba haciendo 4 mil o 5 mil. Y no solo hacer los exámenes, sino dar a conocer los resultados. Conozco casos de personas en Ñuble a las que jamás informaron si tu test era positivo o negativo. Ha habido cierta desidia a la hora de informar los resultados de los exámenes.
– El aumento de casos en la RM y la disminución en regiones, ¿Hace pensar que se están haciendo más testeos allá y menos en regiones?
– Es muy probable, y es una de mis principales preocupaciones, la realización de exámenes en regiones, algo que tiene que ver con esta “nueva normalidad”. Porque solo un sector puede hacer teletrabajo, el resto debe salir, y es ahí donde se están concentrando los casos. Le he pedido al Minsal desde marzo que en la información diaria se dé a conocer el número de exámenes por región, dato que no han querido mostrar.
– ¿Cómo ha visto a nivel local la conducción del intendente y de la seremi de Salud?
– Creo que no ha habido capacidad de articulación. No nos informan nada, no hay participación, y son estos los momentos en que uno requiere un liderazgo inclusivo, un trabajo colaborativo, pero aquí no ha habido absolutamente nada, se ha trabajado solo al interior del gobierno, e incluso, se está tratando de aprovechar políticamente el momento, lo que es complejo. En otras regiones se han formado comités con expertos de la sociedad civil, y se ha incorporado a los parlamentarios para contribuir. Yo veo con preocupación que algunos de ellos disparan todos los días a través de los medios, y ésa no es la idea. Uno debe decir lo que está mal, pero debe haber un espacio para hacerlo. El intendente no ha abierto espacios para canalizar las inquietudes, y eso es preocupante.
Ñuble post pandemia
– Grandes empresas se acogieron a la Ley de Protección del Empleo, y esas mismas empresas están repartiendo hoy millonarias utilidades. ¿Ha habido realmente una protección de los trabajadores durante la pandemia?
– Eso fue parte de la discusión de la ley. Yo planteé que no era justo que el costo lo pagaran los trabajadores, con su seguro de cesantía, y las pymes endeudándose. Lo que correspondía era que con fondos públicos se ayudara a los trabajadores y se le pusieran condiciones a las empresas al momento de acogerse a este tipo de iniciativas. El problema es que por ley, las sociedades anónimas tienen que repartir el 30% de sus utilidades. Las políticas progresistas lo que hacen es salvar empresas, no empresarios, es decir, si se pide un salvataje público, se exigen condiciones, como reducir las dietas de los principales ejecutivos, eliminar bonos, prohibir despidos por un plazo, etc. Lamentablemente, este tipo de iniciativas son resorte del Ejecutivo, y éste no quiso incluirlas. Era los que aprobamos, o despidos. Tratar de mejorar los proyectos no es obstruir, como ha dicho el Presidente.
– ¿Debe Ñuble prepararse para enfrentar un complejo escenario económico post pandemia?
– Sin duda habrá graves consecuencias para la región. Fue un gran error del gobierno recortar presupuesto del fondo regional y es fundamental hacerse cargo de temas estructurales. Llevo semanas trabajando con Copelec y con organizaciones de agricultores, porque estudios demuestran que hay 93 proyectos de inversión en Ñuble que se han pospuesto por no haber energía disponible. Nos reunimos con el ministro Jobet y le hicimos ver la importancia que si Ñuble quería despegar después de la pandemia, no podía hacerlo sin inversión en esta área. Nos estamos farreando 10 mil puestos de empleo directos, solo porque no tenemos energía disponible. La pobreza en Ñuble es tan estructural que no se supera con cajas de mercadería, aquí debería hacerse un plan nuevo de apoyo a las inversiones, y ése es el rol natural del intendente. Si yo fuera autoridad regional, ésta sería mi principal preocupación, junto con ayudas directas a quienes quedaron sin su fuente laboral. Aquí hay que ser creativos.
– ¿Por qué en el Senado se optó por darle al Consejo de Alta Dirección la responsabilidad de disminuir la dieta transitoriamente, y no se hizo de manera automática, en un 50%, como se aprobó en la Cámara?
– Nos pareció en la comisión de Constitución que era reñido con la probidad que fuera el mismo Congreso el que fijara la reducción de la dieta. No hay ningún parámetro técnico que justifique una reducción de un 50%, un 30% o un 20%, y era bien poco ético que los parlamentarios definiéramos el monto de la rebaja, eso debe hacerlo una comisión externa. Tampoco debía hacerlo el gobierno, como buscaba la indicación del Ejecutivo, lo más parecido a una monarquía.