Ñuble podría llegar a 150 mil hectáreas de frutales
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Una ambiciosa meta para Ñuble lanzó el presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, quien planteó que “Ñuble se transformará en el polo hortofrutícola más grande del país, pero solo si logramos desarrollar tecnologías e infraestructura de riego para llegar a las 150 mil hectáreas plantadas con frutales”.
El dirigente, quien participará el próximo miércoles 10 de julio en el tercer encuentro regional de fruticultores, organizado por Fedefruta y la Asociación de Agricultores de Ñuble, afirmó que “Ñuble es una región bisagra para la fruticultura hacia el sur de Chile, pero en la actualidad solo estamos ocupando el 10% del verdadero potencial agroexportador del territorio”.
El presidente de Fedefruta recordó la importancia de la Región de Ñuble por sus cerca de 15 mil hectáreas actualmente con cultivos de alto valor en los mercados, como lo son los arándanos, las cerezas, los avellanos y los castaños, “y para acelerar el crecimiento es que hemos instalado oficinas en Chillán, con el fin de generar proyectos y recursos que apoyen a los agricultores con sus desafíos más importantes en términos de gestión hídrica, transferencia tecnológica y reconversión”.
Según el último Catastro Frutícola de Ciren-Odepa, realizado en 2016, en la Región de Ñuble hay más de 10 mil hectáreas de frutales, aunque recientes estimaciones para 2018 calculan en 13.800 hectáreas dicha superficie.
Valenzuela expresó que “hoy hay plantadas cerca de 15 mil hectáreas, según Odepa, y si es que los embalses se construyen que es lo que todos esperamos, que Punilla deje de ser una idea y se transforme en algo concreto, entonces entrarían muchas hectáreas que hoy son de secano, que tienen problemas de canalización, y como consecuencia se puede hacer fruta”.
El dirigente agregó que “eso viene de la mano de un cambio tecnológico importante, de inversión, de financiamiento, y ahí se comienza a orquestar un cuento distinto en la región, la banca no me cabe duda que va a empezar a financiar proyectos de alta tecnología, la inversión en fruta es cara, ése es el pero que tiene, y hay que tener espaldas financieras, porque hay que esperar que los frutales entren en producción, por eso esos proyectos hay que mirarlos en el mediano y largo plazo, y como consecuencia de todo esto, la región va a cambiar”.
Consultado sobre los plazos en que se podría alcanzar esta meta, el presidente de Fedefruta sentenció que “va a depender de la dinámica que se le dé al embalse”.
Superficie regada
En opinión del seremi de Agricultura, Fernando Bórquez, “la opción de llegar a las 150 mil hectáreas siempre va a existir. Nosotros, hace pocos años, teníamos 3.800, en este momento tenemos en fruticultura 13.800 hectáreas al 2018, es decir, hemos crecido en 10 mil hectáreas. Las cifras definitivas las vamos a tener este año con el Catastro Frutícola y con el Censo Agropecuario del próximo año”.
La autoridad enfatizó que “vamos a seguir creciendo. En este momento, la gran limitante que tenemos es seguridad de riego para unas 40 mil hectáreas. Si salen adelante los tres embalses (La Punilla, Zapallar y Chillán), vamos a llegar sobre las 120 mil hectáreas, pero también están las aguas subterráneas. Y otro elemento que ayuda muchísimo es la eficiencia con la que estamos usando el agua, porque antes necesitábamos mucha más agua cuando se hacía riego por surco, en comparación con los sistemas mecanizados y eficientes”.
A modo de contexto, Bórquez manifestó que “la Región de O’Higgins, que es la principal, tiene 77 mil hectáreas. El Maule tiene 67 mil hectáreas. Este proceso de avance de la fruticultura ha ido desplazándose hacia el sur y ahora está pasando por Ñuble, por lo tanto, nosotros vamos a crecer enormemente, pero estamos sujetos a que nos llegue el agua”.
En ese sentido, advirtió que no será una meta que se logre en el corto plazo. “La construcción de un embalse se demora entre 7 y 10 años. Por lo tanto, yo creo que en 12 a 13 años podríamos tener los tres embalses operativos. En ese intertanto se va a ir mejorando mucho la distribución, hay unas pérdidas inmensas por la distribución de agua”.
Y añadió que “además, con la CNR queremos regar alrededor de 3.500 hectáreas en Trehuaco y Coelemu, usando las aguas del río Itata que van a desembocar al mar”.
En este proceso, postuló el seremi, los pequeños agricultores tienen un rol primordial, y para ello el Estado destinará sus esfuerzos. “De hecho, hace unos días la CNR aprobó recursos para fomentar la fruticultura a través de Indap”, acotó.
Financiamiento
Por su parte, el presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, Álvaro Gatica, expresó que la gran limitante para alcanzar esa meta es el acceso a financiamiento para concretar las inversiones en huertos frutales.
“Yo creo que las condiciones, como clima, nuestra región las tiene, absolutamente para esa meta y más. El problema grande para el mundo agrícola es el tema del financiamiento, y ahí, si no salen las medidas que el mismo Gobierno dijo que iba a implementar, con créditos del BancoEstado con cuatro años de gracia, lo veo difícil de cumplir. Pero si eso sale, con buenas tasas, competitivas a nivel internacional, yo creo que sí lo podemos cumplir porque las condiciones están, pero no lo veo fácil. Nosotros no estamos pidiendo subsidios, solo queremos créditos con condiciones adecuadas para frutales, y los primeros cinco años los frutales no dan nada, son solo gasto”, explicó el dirigente.
Gatica coincidió con Bórquez respecto al rol de los pequeños agricultores. “En este desarrollo hay espacio para pequeños y grandes. Acá hay grandes inversionistas haciendo inversiones grandes en nogales y avellanos, pero esperemos que esto se transfiera también al chico, si el 95% de los agricultores son pequeños”.
De igual forma, el timonel de los agricultores comentó que “hay que entender también que el tema frutícola no es la panacea, tuvimos una temporada pasada bastante complicada, en el tema de precios, específicamente en los arándanos, así que no es una opción tan sencilla como decir ‘plantemos, tengamos financiamiento y agua, y estamos al otro lado’, hay que hacerlo con las variedades adecuadas, con fruta de óptima calidad, porque tenemos competencia al lado, y lo han hecho muy bien, tienen que ser proyectos con nivel técnico muy bueno”.
En esa línea, aseveró que “es básica la transferencia tecnológica. Precisamente esta semana, en Chillán se conformó el Comité de Avellano, que es de carácter nacional, y que va a ser específicamente de transferencia tecnológica. La idea nació en Ñuble y al alero de Fedefruta se llamó a las agrupaciones de las otras zonas y están todos de acuerdo. En el Comité están participando los GTT de Maule y de Ñuble, la Asociación de Agricultores de Ñuble, la SAGO, la SOFO, y se va a invitar a participar a Agrichile”.