El Movimiento Social en Defensa del Río Ñuble, conocido como Ñuble Libre, valoró la decisión del Ministerio de Obras Públicas, que el pasado 14 de noviembre postergó para el 7 de julio de 2023 la fecha de recepción de ofertas técnicas de la licitación de la concesión del embalse Nueva La Punilla, la que, a su vez, ha sido criticada por los regantes, los agricultores, gremios y parlamentarios de la región.
A través de una declaración pública, la organización de San Fabián expresó: “valoramos y consideramos el hecho como un acto básico de responsabilidad política, técnica y social, que no habíamos evidenciado en ningún gobierno anterior”.
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“En gobiernos anteriores, a diferencia de lo que hoy observamos, se manifestó una disposición absoluta a concretar el proyecto, sin antes analizar las distintas variables sociales, ambientales y económicas que, no solo ha hecho fracasar una y otra vez la anhelada solución hídrica para los pequeños agricultores, sino también ha generado traumáticos hechos en la zona, como el desalojo forzoso y la destrucción de viviendas a familias habitantes del lugar o el alto gasto público en pagos de consultorías e indemnizaciones a empresas finalmente desvinculadas del proyecto”, indicaron.
Según el documento, “el nuevo proceso de licitación fue iniciado por el anterior gobierno, del presidente Piñera, a solo meses de dejar el cargo (18 de noviembre de 2021), traspasando al actual gobierno la responsabilidad de decidir continuar con dicha licitación pese a la falta de antecedentes para actualizar el proyecto”.
En esa línea, aseguraron que “esta nueva licitación no recoge las múltiples deficiencias que viene arrastrando el proyecto Punilla desde hace décadas y que hacen improbable su ejecución y funcionamiento”.
Detallaron que “estas deficiencias están ampliamente respaldadas; como la necesaria reevaluación ambiental del proyecto considerando que los estudios ambientales datan de 2005 o que existe una formulación de cargos por la Superintendencia de Medio Ambiente, referida, por ejemplo, a la no actualización del plan social y ganadero de los erradicados del embalse”.
De igual forma, manifestaron su preocupación por la necesidad de brindar soluciones más urgentes para los regantes. “Cada una de estas aristas dificultan aún más la solución hídrica para los pequeños agricultores, quienes también han manifestado la necesidad urgente de avanzar en soluciones concretas y a corto plazo; considerando que, de ejecutarse el embalse, y sin contar con trabas en el camino, su uso podría proyectarse recién para unos 15 años más”.
También pidieron “transparentar quiénes son los reales beneficiados del proyecto, ya que según los derechos de agua entregados hoy en el río Ñuble, el pequeño agricultor posee muchos menos derechos que grandes empresarios agroexportadores. Por ende: ¿serían estos últimos los principales beneficiados por el Embalse Punilla?”
Finalmente, plantearon que “estamos conscientes de la escasez hídrica, por ende, nos parece urgente dar una solución real y concreta al riego. La Punilla lleva extensos años de retraso y deficiencias que hoy el gobierno intenta asumir, por lo mismo, no nos queda más que respaldar esta posición y, como siempre, ponernos a disposición para destrabar definitivamente este problema que ha generado división y desesperanza en los distintos actores involucrados en este mal proyecto”.
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