La Región de Ñuble concentra, junto a las de Los Lagos y Maule, la mayor cantidad de bosque nativo talado en forma ilegal a nivel nacional.Un reporte entregado por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) esta semana reveló que entre 2013 y 2019, la superficie de bosque nativo arrasada por talas ilegales asciende a 10.668 hectáreas.
El mismo informe especifica además que en lo que va de 2019, a nivel nacional se alcanza un total de 1.359 hectáreas. Y establece que las regiones del país que concentran la mayor cantidad de casos corresponde a Los Lagos, Ñuble y Maule.Pese a las cifras, el análisis interno de los números en Ñuble revela que existe una tendencia a la baja dentro del periodo estudiado. Desde 2013 a 2018 se han talado ilegalmente 377,14 hectáreas de bosque nativo, donde el primer año del periodo fue crítico, con 200,59, bajando esa cifra progresivamente hasta 20,87 detectadas el año pasado.Esta realidad sale a luz gracias a las fiscalizaciones realizadas por el personal de Conaf, que ha permitido detectar los casos en 17 comunas de Ñuble, siendo El Carmen, San Nicolás y Pinto las que encabezan los promedios.
El director regional de Conaf, Domingo González, comentó a LA DISCUSIÓN que “las cortas no autorizadas de bosque nativo están presentes en distintas partes del país y obviamente la Región de Ñuble no está ajena a ello. En la región son cortas que llamamos de floreo o tipo hormiga de algunos individuos en el bosque, que son muy difíciles de detectar a través de imágenes satelitales o con los patrullajes que nosotros efectuamos en los cometidos de fiscalización”.Durante 2019, a la fecha se registran 28 denuncias por cortas irregulares en la zona, tanto de bosque nativo o mixto y plantaciones. Muchas se encuentran en tribunales, otras en proceso de tramitación, porque, de acuerdo a la normativa forestal, en su artículo 51, “toda corta de bosque no autorizada hará incurrir al propietario del predio o quien la ejecute, en una multa equivalente al doble del valor comercial de los productos cortados o explotados, con un mínimo de 5 Unidades Tributarias Mensuales por hectárea”.
“Las motivaciones de las personas para infringir la ley son múltiples. Desde la necesidad básica de contar con un recurso para calefaccionar o calentar algún alimento, o hacer algún negocio y venderla, a través de una falta que se incurre tanto en la corta o a veces ingresan a predios que son ajenos. Hay que diferenciar la corta que es del mismo propietario del predio, como también de terceros que ingresan a predios de particulares a robar madera”, explicó González.
Dentro de las estrategias que cuenta Conaf para mitigar este problema, lo que se refleja en el descenso en la estadística durante los últimos años, está la intensa fiscalización de técnicos e ingenieros desplegados en el territorio, la educación respecto a planes de manejo para la sostenibilidad del recurso y la incorporación de tecnología. Esta última ha sido clave para detectar aquella cortas de tipo “hormiga”, la más compleja de pesquisar desde las alturas.El programa de la institución está establecido durante todo el año en las distintas comunas donde está presente el bosque nativo en la región. Además aseguran que se acude al 100% a las denuncias de terceros en relación a las cortas no autorizadas de especies nativas.
“Tenemos un plan de trabajo para efectuar fiscalizaciones de cortas no autorizadas de bosque nativo y también de plantaciones. Además, estamos ocupando nuevas tecnologías como es el caso de drones, donde este trabajo de tipo hormiga o floreo, donde la persona va y saca un árbol, que es súper difícil de detectar, con esta tecnología, la podemos ver desde el aire. Ahora también trabajamos con el sistema Lemu, que en mapudungun significa bosque, para visualizar las cortas que son de mayor extensión. Esto se hace comparando imágenes satelitales en distintos tiempos, o sea, tenemos una imagen satelital, por ejemplo, en el mes de julio, y después el satélite pasa en septiembre y vemos la diferencia en la cobertura. Entonces ahí enviamos nuestros fiscalizadores, hacemos la evaluación técnica y se hace la denuncia en tribunales”, explicó.
Respecto al año en curso, Conaf informa que aún se encuentran en análisis de cifras. Según el profesional de Conaf, Eduardo Mera, se estima que “aquí a lo mejor se va detectar un aumento (de tala) por los incendios que tuvimos en el verano. Cuando se quema esta vegetación, sobre todo en las áreas del secano, San Nicolás y Ninhue, se queman grandes extensiones de espinales. Proba-blemente ahí la gente cortó esta superficie. Nosotros estamos evaluando si lo denunciamos o no, porque ese bosquecito puede rebrotar y lo estamos evaluando para determinar de aquí a fin de año”.
El bosque nativo tiene múltiples beneficios para el medio ambiente, por eso el impacto que causa la tala ilegal es pre-ocupante, debido a los efectos que causa en los suelos.“
La forestación con plantación o bosque nativo va a ser una cubierta vegetal, que va estar protegiendo el suelo y va evitar que se erosione. Es súper importante, porque una vez que perdemos el suelo necesitamos cientos de años para recuperarlo, y por lo tan-to, la productividad del suelo está directamente relacionada con la capacidad de producir alimentos para la población. Si tenemos un suelo que ha perdido fertilidad o se ha erosionado, los rendimientos que produce, en términos de producción agrícola, son mucho menores”, sostiene Mera.
Reserva de la biósferaDesde la Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna (Codeff), refuerzan la necesidad de proteger el bosque nativo, considerando que en Ñuble está presente la Reserva de la Biósfera Nevados de Chillán-Laguna del Laja, creada por la Unesco el año 2011 y que considera a seis comunas cordilleranas de Ñuble.
“Considerando que tenemos una Reserva de la Biósfera, patrimonio de la humanidad, el rol de este corredor bio-lógico es invaluable. Tanto las cabeceras de cuencas y todas las microcuencas son verdaderos refugios de vida, en donde los grandes paños y cada uno de los fragmentos de bosque cumplen una función vital para los altos índices de biodiversidad que tenemos en Ñuble. A escala humana no es posible volver a ver los bosques nativos que se han reemplazado por plantaciones. La pérdida y el daño es incalculable al forzar a las especies a movilizarse, pero no todas tienen esa capacidad y mueren”, sostiene el director nacional de la organización, Luciano Pérez.
Advierte que las consecuencias de tala irregular del bosque nativo son nefastas para el ecosistema. “Pérdida de la biodiversidad, reducción de producción de agua, reducción de fijación de carbono, reducción de captura de material particulado, pérdida de oportunidades de negocios sustentables no maderables, pérdida de material genético, disminución de fuentes de alimentación para la fauna de los sectores aledaños”, detalla entre algunas.
Dos macrozonas
Los vegetación nativa en la región está dividida en dos macrozonas. Una se ubica en la cordillera de la costa, donde predomina el bosque esclerófilo con especies como quillay, boldo y peumo. Tienen la particularidad que permanecen siempre verdes, pues sus hojas no se caen en invierno.“En la parte del secano se le conoce como el matorral, que abarca el sector de Ninhue y ya casi llegando a Chillán. Encontramos el espino achaparrado, que a nivel a nacional está protegido y se da en muy pocos lugares del mundo. Lo tenemos en Ñuble y también se da en la sabana de África”, explica Jorge Concha, miembro de la ONG Ambiente Sostenible.
En la macrozona que abarca la cordillera de Ñuble se encuentra el bosque de nothofagus. “Subiendo más arriba en la cordillera tenemos coigüe, lenga, ñirre, roble y raulí. A estas especies sí se les cae la hoja en general”, añade Concha.
La tala ilegal de bosque nativo en la cordillera está asociada a la construcción de inmuebles con fines turísticos, obtención de leña y carbón, así como para fines agrícolas y forestales.
“El roble es la leña que se consume normalmente en Chillán, se le conoce como hualle, pero finalmente es roble lo que se está consumiendo. Históricamente este bosque se ha quemado para tener zonas de pastoreo o para hacer carbón sin ninguna regulación”, explica Concha.
Agrega que la forestación de los bosques nativos, para lograr el mismo nivel biológico y ecológico, es un proceso complejo y costoso. “Cuando se tala y se vuelven a plantar las especies que estaban en ese lugar no volverán a crecer, porque no están los nutrientes necesarios para que puedan convivir hongos, bacterias y la parte vegetacional que a la naturaleza le tomó miles de años formar”.
En relación a deforestación en la Reserva Ñuble, el vocero de Ambiente Sostenible indica que tiene relación con los visitantes, quienes provocan incendios forestales, pero además, asegura que en la zona sur de la reserva ingresa ganado de manera clandestina, lo cual impacta en la flora y fauna del espacio protegido.“Por el lado sur de la reserva Ñuble siguen metiendo ganado y eso es difícil de fiscalizar para Conaf, porque tienen muy pocos guardaparques para vigilar constantemente toda el área. La parte sur colinda con la Laguna del Laja y eso impacta a la zona nativa, sobre todo al huemul, que lo hace emigrar a las zonas aún más altas”, puntualiza.Por su parte Manuel Palacios, integrante de la Corporación Cultiva, reitera la importancia de recuperar los terrenos de vegetación nativa afectada.
“Es muy preocupante la gran cantidad de superficie de bosques nativos que hemos perdido históricamente y que tienen una biodiversidad única que no podemos perder. Los bosques nativos tienen una multiplicidad de especies vegetales y animales que conviven en este espacio y por eso debemos trabajar en la recuperación de terreno que deben ser llevados y trans-formados en bosque nativo”, comenta.Reforestemos Chile Nativo es el programa principal de la corporación, que se ha implementado por 20 años abordando esta problemática mediante la repoblación de superficies nativas dañadas por talas ilegales, incendios fores-tales o suelos degradados.“El año pasado, junto al municipio, reforestamos cuatro hectáreas de bosque nativo en la comuna de San Nicolás, en áreas que fueron afectadas por los incendios forestales de 2017”, subraya Palacios.
Recuperación
En tanto, el seremi de Medio Ambiente, Patricio Caamaño, destaca que el Gobierno ha trazado las políticas públicas para recuperar los bosques nativos, empezando por la identificación de los sectores que sufren las consecuencias de la deforestación.“Trabajando en conjunto con Conaf. Establecimos, primero, analizar los sectores en los que se está viviendo este problema, que es súper antiguo y que hoy día está haciendo más visible a la comunidad. Establecer acuerdos entre el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente para empezar a generar tasas de recuperación para generar la reforestación de bosque nativo controlado, junto con un programa de preparación en torno a los incendios forestales”, explica el titular regional de la cartera.Las iniciativas a desarrollar incluyen a entidades extranjeras, como por ejemplo WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza por sus siglas en inglés).