Está terminando el primer cuarto del siglo 21. Son 25 años en los que, entre muchos aspectos positivos y negativos, se hizo preponderante el tema de la delincuencia –como nunca antes- para diseñar campañas electorales comunales, regionales y presidenciales, además como factor de plusvalía para escoger barrios y como un lucrativo negocio en torno a la seguridad.
Pero su impacto, en especial por la violencia asociada, modificó los horarios del comercio, obligó a crear políticas públicas de convivencia escolar e instaló un “miedo al otro” jamás experimentado en Ñuble y en Chile, por cierto muy bien aprovechado por noticieros y matinales de televisión.
Para evitar caer en este tipo de manipulaciones o que alguna historia contada con fines distintos a los meramente informativos, hay una herramienta tan simple como presente: la cifra.
Y las cifras, extraídas de la totalidad de las denuncias que las personas hacen en Carabineros (la entidad que más recibe este tipo de información) dice que en la Región de Ñuble los delitos bajaron un 8,8% este año en relación al 2024.
Un 2024 que, a su vez mostró una caída del 1,8% respecto al 2023, año que arrastraba esa intimidante tendencia al alza tras el levantamiento de las restricciones sanitarias motivadas por la pandemia.
El Gobierno y el Estado debían hacerle frente a un monstruo que disparó la tasa de homicidios en el país: El aprendizaje de una delincuencia salvaje que llegó con la masiva inmigración ilegal, la proliferación de las organizaciones criminales, la diversificación de una suerte de “delincuencia industrial” que afectaba al cobre, la madera, la pesca, los fármacos, las armas, la trata de personas se sumaba a los delitos de propiedad industrial y al cada vez más diverso mercado de las drogas.
Se respondió con programas preventivos, con el fortalecimiento de las patrullas municipales con una red de televigilancia que ni el mismo Orwell hubiese imaginado. La Fiscalía creó un grupo especial para delitos complejos y el tan ausente “autocuidado” de las décadas pasadas, hoy ya es parte del paisaje chillanejo que se ha llenado de pasajes cerrados sin permisos municipales.
Y si faltaba algo para entender la radiografía local, resta constatar con las mismas cifras de Carabineros, que la delincuencia callejera, el vecino mal vividor y el microtráfico se cansó de la televigilancia urbana y se mudó a la ruralidad.
El Carmen, Coelemu, Pinto, Quillón, Ninhue o San Nicolás son parte de esas 8 de nuestras 21 comunas que no pueden decir que la delincuencia bajó para sus vecinos.
Otras comunas, en cambio, como Quirihue y la, hasta hace no mucho, aproblemada San Carlos, lograron bajar de manera considerable los delitos, situándose hoy a la cabeza de la región.
Claro, llegó la televigilancia, la coordinación entre municipio, fiscales, seremías y policías, pero añadieron lo que no todos han podido sumar a la estrategia.
“Los vecinos han sido la clave. Están denunciando porque tenemos el compromiso de asumir esas denuncias. El año pasado tuvimos un promedio de 30 denuncias al mes; este año, el promedio es de 300 llamados. Le gente se está ayudando entre ella, nos está ayudando a nosotros y eso fue la clave”, explica el alcalde de San Carlos, Rubén Méndez.
La capital del Punilla cerró el 2024 con un alza de delitos del 9,9% y hoy presenta una baja del 17,5%.
Los delitos que subieron
Para medir el aumento o baja de delitos, Carabineros, en su plataforma de análisis STOP, incluye una lista de 20 delitos considerados de mayor connotación social.
Entre los que bajaron en Ñuble destacan los homicidios (y femicidios) -8,3%, las lesiones leves (-4,5%), la violencia intrafamiliar (-0,2%), robos violentos (-15,1%), robos en lugar habitado y no habitado (-5,8%), robos en vehículos y sus accesorios (-15%) receptación (-4,9%), ley de control de armas (-48,4%), amenazas con armas (-14%), riñas (-2,8%), hurtos (-2,2%), daños (-4,7%), consumo de alcohol y drogas en la vía pública (-13,6%), y las incivilidades (-8%).
Mientras que los que subieron son las violaciones y otros delitos sexuales (8,9%), lesiones graves (5,7%), lesiones menos graves (8,9%), el robo por sorpresa o lanzazo (12,6%), robo con fuerza (7,2%), delitos por ley de drogas (18,7%) y desórdenes públicos (15,4%).
Para el alcalde El Carmen, Renán Cabezas, una de las comunas que presentaron alzas en Ñuble, “la preocupación de los vecinos y de esta administración es real”.
La apuesta en El Carmen es de “la instalación de 40 cámaras que van a ser operadas las 24 horas, los siete días a la semana, lo que se complementa con los proyectos de la Subsecretaria de Seguridad tendremos dos vehículos nuevos, que se sumaran al único que tenemos”.
El jefe comunal, con ese “único vehículo que tenemos” revela la realidad de la ruralidad en Ñuble. Otras comunas como Ninhue o San Nicolás tienen una dotación policial que no supera los 15 uniformados, quienes deben dividirse por turnos. Realmente, así no alcanza y menos con un único vehículo.
Las comunas más afectadas este año son Ninhue (28%), Coelemu (18,5%), Pinto (16,5%), San Nicolás (11,9%), Pemuco (7,5%), El Carmen (7,1%), Quillón (6,3%) y Cobquecura (2%).
Mientras que las mejores resultados obtuvieron son Quirihue (-24,1%), Coihueco (-20,5%) San Carlos (-17,5%) y Chillán Viejo (-12,8%).
Eduardo Redlich, alcalde de Quirihue destaca que “ampliamos la dotación de inspectores, creamos un numero municipal de denuncias y las llamadas han aumentado mucho. Incluso creamos un grupo de Whatsapp con Carabineros y el comercio local, el que ya tiene más de 150 usuarios. Se ha denunciado situaciones sospechosas, pagos con billetes falsos o fotos de personas que andan robado. Y lo otro importante, ha sido trabajar con las comunidades escolares, logrando reducir las riñas”.
Rubén Méndez, de San Carlos, añade que “esta cultura preventiva que hemos instalado en la comunidad debe tener una respuesta concreta. Se debe llegar pronto al lugar, y sumar programas gubernamentales como los del Senda, el programa Lazos.
El 2026 que prepara el Gore
Dentro de la cartera de proyectos de Seguridad que prepara el Gobierno Regional para Ñuble este 2026, destacan la compra de 209 cámaras de televigilancia y 21 salas de monitoreo (en ejecución), el diseño de la Escuela de Formación de Carabineros (en licitación), la reposición del Reten Ñipas (en ejecución), la adquisición de un Polígono de Tiro Virtual en Quirihue (elaboración de proyecto), Reposición del Complejo Policial Ñuble (diseño finalizado).
En equipamiento, destaca la compra de 37 vehículos para la PDI (en proceso de evaluación de ofertas), otros 9 para Carabineros (en ejecución), la compra de cuatro aeronaves pilotadas de forma remota (licitación), la reposición de 51 vehículos para Carabineros (en ejecución), otras dos aeronaves de pilotaje remoto, para la PDI (licitación), y la compra de otros equipos de radiocomunicación y soporte tecnológico (en ejecución).
El gobernador, Oscar Crisóstomo, apunta a que con lo anterior, “ hemos apostado al futuro con tecnología de alto nivel, con iniciativas de aeronaves pilotada en forma remota y equipamiento que mejora el análisis criminal.
En materia de prevención comunal, el proyecto de televigilancia regional es la clave para poder tener una región también mucho más integrada. En este caso hemos trabajado con los 21 municipios, la PDI, Carabineros y con una central de respaldo que va a estar en el Gobierno Regional”.
Finalmente, destaca los proyectos de la Escuela de Formación de Carabineros y el nuevo cuartel de la PDI en Chillán.
Sobre el primero dice que “vamos a empezar ya en febrero a formar 90 carabineros con base a un acuerdo que tenemos con el municipio de Quirihue”.
La escuela se instalara de manera provisoria en el internado de esa comuna, mientras que para la PDI “acabamos de anunciar la licitación para su cuartel regional, que era una obra ampliamente esperada y que estamos seguros que no solamente nos va a enorgullecer en términos arquitectónicos, sino que lo más importante que refuerza la capacidad de integración que tiene la Policía, unificando todas sus unidades”, concluyó
