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En el trimestre móvil junio-agosto de 2024, la tasa de desocupación en la Región de Ñuble alcanzó un 11,3%, lo que representó un aumento de 0,9 puntos porcentuales respecto a igual periodo del año pasado, y un alza de 0,5 respecto al trimestre inmediatamente anterior (mayo-julio de 2024), según informó el INE.
Desde mayo-julio de 2020, en plena pandemia, no se registraba una tasa tan alta, cuando llegó a 12,1%. Una gran diferencia es que, en aquella ocasión, el número de desocupados alcanzó 24.670, en cambio, en junio-agosto de 2024, llegó a 26.480, marcando un récord desde que existen registros de la región. Asimismo, en comparación con junio-agosto de 2023, los desempleados aumentaron en 9,5%.
Con este guarismo, Ñuble nuevamente se posiciona como la región con mayor desempleo del país, seguida de cerca por La Araucanía (11,2%) y O’Higgins (10,6%); y bastante lejos del promedio nacional de 8,9%, que marcó un leve descenso de 0,1% interanual, pero es el nivel más alto del año.
Asimismo, la Provincia de Diguillín anotó un desempleo de 12,3%, aumentando en 1,6 puntos en 12 meses.
Un dato novedoso es que, por segunda vez consecutiva, la tasa de desocupación en mujeres (10,7%) fue inferior a la de los hombres (11,8%).
Pérdida de empleos
Según el boletín de empleo del INE, el alza del desempleo se debió a que la fuerza de trabajo aumentó (0,3%) en mayor proporción que los ocupados (-0,7%). En otras palabras, en 12 meses se perdieron 1.500 puestos de trabajo y en el mismo periodo quienes trabajan o buscan un empleo se incrementaron en 760 personas.
El descenso en los ocupados fue incidido por los hombres (-0,8%) y las mujeres (-0,7%). Y según segmento etario, por el tramo de 35-54 años (-2,5%) y 15-34 años (-0,5%).
En el análisis por actividad económica, se observa que la baja en los ocupados se explicó principalmente por actividades de salud (-17,0%), agricultura (-6,8%), enseñanza (-8,2%), construcción (-5,5%), alojamiento y gastronomía (-15,3%) y transporte y almacenamiento (-9,4%). Por otro lado, registraron un aumento en los ocupados los sectores comercio (22,7%), administración pública (17,7%) e industria manufacturera (3,5%).
Otro dato preocupante es que la tasa de ocupación informal alcanzó 34,3%, registrando un aumento de 0,4 puntos en 12 meses.
El seremi del Trabajo, Eduardo Riquelme, manifestó que, “no son cifras que nos puedan alegrar ni conformar, muy por el contrario. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que se trata de estadísticas desfasadas y que muestran lo que estaba ocurriendo en la peor etapa del invierno, entre junio y agosto. Creo que a partir de este mes tenemos razones para esperar detener esta caída que ocurre en este ciclo estructural que nos afecta por décadas y que debemos superar”.
Argumentó que, “las razones que tenemos para esperar mejores cifras en los meses venideros están dadas por la buena noticia que nos ha señalado el PIB regional, que indica una reanimación considerable de la actividad económica, pero también porque a medida que se dejan atrás las lluvias, se produce un efecto positivo en la agricultura y también en la construcción y las grandes obras públicas. Además, se ha iniciado un fuerte ciclo de ferias laborales y ya estamos observando el interés que ya existe por ofrecer nuevos empleos y por postular a ellos”.
Vacantes laborales a la baja
No obstante, los datos de vacantes laborales que maneja la OMIL de Chillán no dicen lo mismo. Según las estadísticas de la Oficina Municipal de Intermediación Laboral, dependiente de la Didepro del municipio chillanejo, mientras en septiembre de 2023 las vacantes ofrecidas por las empresas sumaron 1.307, en septiembre del presente año sumaron apenas 76.
“Esto es una señal que la estacionalidad no es la única causa. Existen señales de menor actividad económica y/o de ajustes a la baja en la contratación de mano de obra”, explicó Renato Segura, director de la Didepro.
El profesional discrepó respecto al factor estacional: “no deja de ser curioso, toda vez que la temporada invernal fue mejor que la del año anterior. Sin embargo, las empresas están más reticentes a contratar trabajadores, lo que ha mermado la contratación y ha contribuido al aumento del desempleo”.
“Crisis laboral”
Ricardo Salman, presidente de CorÑuble, subrayó que, “esta cifra refleja una crisis laboral sin precedentes en la región”.
“La región de Ñuble ha enfrentado tasas de desempleo comparables solo en dos ocasiones previas: después del terremoto de 2010 (12% en el trimestre marzo-mayo) y durante la pandemia en 2020 (12,1% en el trimestre mayo-julio). Estos niveles reflejan una grave contracción económica en el sector privado de la región”, advirtió el empresario.
Salman afirmó que, “a partir de diciembre de 2023 hasta agosto de 2024, hemos visto una preocupante reducción en la fuerza laboral de aproximadamente 13.000 personas. Si estas personas siguieran buscando trabajo, la cifra de desempleados no sería de 26.485, sino de 39.485, lo que elevaría significativamente la tasa de desocupación. La situación económica está tan deprimida que muchas personas ya no salen a buscar empleo ni intentan trabajar por cuenta propia, lo que contribuye a una informalidad laboral que ya afecta a 70.954 personas”.
El líder gremial planteó que, “el impulso fiscal en áreas como el MOP y el Serviu no ha sido suficiente para contener el desempleo, y tampoco lo ha sido el aumento en la contratación directa del sector público, que ha sido ampliamente criticada por no generar empleo productivo. Esto pone en evidencia la importancia fundamental del sector privado y la inversión para la creación de empleo”.
En esa línea, llamó a resolver los problemas de disponibilidad energética. “Además, resulta fundamental avanzar en la propuesta de convertir a toda la región en una zona económica especial”, enfatizó, y complementó que “es necesario generar un ambiente de estabilidad en el país para disipar la incertidumbre (…) No podemos permitir que malas políticas públicas o una excesiva burocracia continúen ahuyentando grandes inversiones que son clave para el desarrollo económico”.