Señor Director:
El día domingo 6 he leído un artículo sobre los nombres de calles de Chillán, del Sr. Marco Aurelio Reyes. Es increíble que este señor dicte catedra sobre aspectos que han llevado al nombre actual de las calles, dada su triste participación en este tema. Su calidad de historiador para resaltar los valores propios del desarrollo de nuestra comunidad, fueron superados por su fanatismo como impulsor y defensor del cambio de nombre de la calle Quinta Agrícola, un pilar de nuestra historia agrícola y de desarrollo de Chillán, fuertemente vinculada con su gente, por el de un ilustre ciudadano norteamericano, como es Paul Harris, que no tiene ninguna influencia ni arraigo en el desarrollo e historia de Chillán, más allá de las acciones del Rotary, que en ningún caso le otorgan el privilegio de borrar la historia nuestra.
El Sr. Reyes cita a Tolstoy que dice “primero conocer su propio pueblo, antes de conocer el mundo”, pero Ud. hizo lo contrario; indica que “las empresas recurren a personajes sin mayor compromiso con la identidad chillaneja” y hace lo contrario: dice que “los nombres son una expresión socio-cultural de una minoría dirigente que impone su influencia”, que es lo que hizo por la influencia rotaria. Una minoría borrò parte de la historia ñublensina. Una vergüenza.
Fernando Bórquez Lagos