Profundo pesar existe en la familia de Carlos Aguilera Ortega, de 37 años, quien falleció esta madrugada luego que un vehículo conducido por un carabinero bajo la influencia de alcohol impactara su vivienda, ubicada en la esquina de Colchagua con Antártica Chilena de la población Zañartu.
El contador auditor y administrador de un servicentro había llegado hace poco de su trabajo, se alcanzó a despedir de sus padres y se dirigió a su dormitorio, donde se preparaba para dormir cuando el móvil ingresó al interior de hogar que compartía junto a ellos y un hermano.
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Su prima Carla Aguilera reveló que tras el accidente la reacción del uniformado no fue la esperada y que la presencia de alcohol era evidente en su estado.
“Por lo que me dice mi tía, él decía que tenía mucho poder, que podía pagar todos los daños, porque él como que no quería que se supiera que era carabinero. Cuando llegaron los carabineros también trataron como de ayudarlo a escapar, pero no pudieron, porque mis primos, que viven más cerca, lo retuvieron en el lugar para que no escapara”, comentó.
La chillaneja cuestionó que un carabinero, quien es mandatado a respetar la ley, haya protagonizado un accidente con consecuencias fatales y bajo el Estado de Excepción Constitucional.
“Nunca he tenido nada en contra de los carabineros, porque hasta mi abuelo, por parte de mamá, era carabinero y muy reconocido en Chillán. Entonces, tanto rencor no tengo, pero a él que porta un uniforme, una credencial y un escudo, que infringa la ley con trago y en toque de queda haya hecho esto, es impresentable. No representa a su institución”, recalcó.
Otra prima de Carlos, Katherine Ortega, expresó su dolor y la necesidad de justicia que siente la familia.
“Me siento destruida, teníamos mucha cercanía, además de ser primos hermanos, nos criamos prácticamente juntos desde chicos. Mí tía nos alimentaba a los dos, eramos “hermanitos de leche”, por lo que me ha afectado harto, ya que tenían muy poca diferencia en edad, dos días. Le quitaron a mi hijo más pequeño su futuro padrino”, manifestó.
Al interior de la familia se analizan iniciar acciones legales para que el caso no quede impune.
“Lamentable que una persona que viste un uniforme que dice en su juramento tantas promesas, que no cumple, infringe las leyes y no respeta un toque de queda. Sabe que no se puede conducir en estado de ebriedad, menos drogado y perder el control y dar contra una casa de lleno y quitarle la vida a una persona. No tiene perdón, porque dejó una familia destruida”, enfatizó.
Tristeza expresó Carla quien recordó a su primo como una “persona muy tranquila, era como el ángel de la familia, tenía un carácter muy tierno, respetuoso y trabajador. Tenía una ahijada que era para él su propia hija y para la niña un padre. Incluso nos contaba la mamá de la niñita que como a la 1 de la madrugada despertó y gritó fuerte preguntando por su padrino, mi “Nono”, le decía, y la tranquilizaron. Después le avisan que había pasado esto, en el fondo, tenía una conexión muy grande con él”.
Uno de los proyectos de Carlos era construir su propia empresa, ya que sentía que había cumplido un ciclo en la estación de servicios, donde trabajaba hace más de 10 años.
“Era una persona muy trabajadora, esforzada y tenía proyectos de formar su propia empresa. Carlitos era muy preocupado de sus padres igual que su hermano, juntos eran un puntal”, agregó Katherine.
Los restos de Carlos José Aguilera Ortega están siendo velados en la parroquia Virgen del Carmen, ubicada en Tarapacá esquina Antártica Chilena en población Zañartu. El domingo se realizará una misa en su memoria a 15.00 horas para luego trasladar el cortejo fúnebre hasta el Parque Chillán, donde será sepultado.