No son solo errores

Señor Director:
En estos días, se ha escuchado con insistencia a dirigentes de las izquierdas hablar y examinar los errores que habría cometido el sector en estos años, y en particular acerca de los desaciertos del gobierno. Sin embargo, es de tal magnitud la derrota que sufrieron en la presidencial, virtualmente un remezón de dimensiones tectónicas, que la pretensión de explicarla solo identificando errores aparece como un enfoque azas frívolo e inconducente. Aparte de errores, que por cierto han existido en número significativo y recurrente, lo que se advierte tanto en el discurso como en la praxis de las izquierdas, en especial de la que ha hegemonizado al oficialismo, es el predominio de una ideología esencialmente equivocada, asociada con una inflación y desfiguración del lenguaje, todo ello unido a un voluntarismo irreflexivo, lindante ni más ni menos con el pensamiento mágico.
Sin considerar la deshonestidad institucionalizada, la corrupción ya inveterada, y el despilfarro indisimulado de recursos que nos pertenecen a todos, al pueblo en su conjunto, es posible que la explicación de tamaña debacle radique en una equivocada visión del hombre, la sociedad y el mundo; una verdadera distorsión antropológica, que prescinde de la dignidad de la persona humana, de sus cualidades y atributos esenciales, de su natural inclinación social y de las exigencias del bien común. A lo que hay que añadir una cierta tendencia totalizante, si no totalitaria, en el sentido de que han intentado imponerle a toda la sociedad semejante particularismo reduccionista.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Abogado