Señor Director:
En medio del característico ajetreo de cada marzo, cuando el retorno a las actividades académicas y laborales marcan la tónica, pareciese que el Covid-19 ha pasado a la historia. Sin embargo, debemos tener claro que los contagios aún persisten y que las consecuencias derivadas de la exposición al virus pueden tener un gran impacto en la calidad de vida de las personas.
Recordemos que uno de los principales mecanismos para enfrentar el Covid 19 ha sido la vacunación. Hoy se encuentra disponible la vacuna bivalente, para las personas de 50 años o más, usuarios crónicos desde los 12 años, personas inmunosuprimidas desde los 12 años, trabajadores de servicios esenciales, personal de establecimientos educacionales o bien personal del área de la salud. Por otra parte, la vacunación de refuerzo continua en aquellas personas que hayan recibido su dosis previa hace cuatro meses o más y la cuarta dosis en quienes hayan recibido su dosis previa hace cinco meses o más.
Si bien la vacunación es clave, es importante tomar resguardos generales que nos sirven para afrontar cualquier enfermedad viral respiratoria, como el lavado de manos constante, uso de mascarilla en aquellos que presentan sintomatología respiratoria y para quienes asistan a recintos sanitarios, cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar con un pañuelo y eliminarlo de inmediato.
Siempre en todas las actividades preventivas no sólo tenemos que pensar en nosotros, sino también en el resto de las personas, considerando que nuestros actos tienen consecuencias directas en el otro.
Pía Bustamante Barahona
