Señor Director:
La fuerte tensión que provocó la huelga de hambre que protagonizó el machi Celestino Córdova -condenado a 18 años de presidio por su participación en el crimen del matrimonio Luchsinger Mackay- logró desactivarse producto del acuerdo alcanzado entre el gobierno y los representantes de Córdova, quien había amenazado con una huelga de hambre seca si es que su petitorio no era acogido por las autoridades.
Si se reconoce a cada individuo el derecho a rechazar tratamientos médicos, alimentación e hidratación, no puede transferirse la responsabilidad por su muerte en ejercicio de ese derecho a quien no lo impide. Porque se tiene el deber de respetarlo, no de impedirlo. Que Celestino Córdova sea mapuche, machi, asesino o incendiario es irrelevante. Basta con que sea persona. Con eso basta también para que el Estado no se deje extorsionar.
Ricardo Oyarzún G.