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El Presidente Gabriel Boric reafirmó que Chile no reconoce el cuestionado triunfo electoral de Nicolás Maduro en Venezuela y, en un potente mensaje, denunció abiertamente como una “dictadura” al régimen chavista luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) del país caribeño -controlado por magistrados afines- confirmara los resultados oficiales de la elección del pasado 28 de julio.
“Hoy el TSJ de Venezuela termina de consolidar el fraude. El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia”, comenzó fustigando el Mandatario chileno en una publicación en redes sociales.
En su mensaje, comparó la migración forzosa de millones de venezolanos con la que han sufrido los ciudadanos sirios en más de una década de guerra civil en esa nación asiática.
“No hay duda que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones, reprime al que piensa distinto y es indiferente ante el exilio más grande del mundo sólo comparable con el de Siria producto de una guerra”, sostuvo Boric.
Lamentó asimismo que “miles de venezolanos que claman democracia (en) su patria hoy reciben un nuevo portazo”, y ratificó que “Chile no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía”.
A propósito de los constantes ataques verbales que han formulado desde Caracas contra Chile y los demás gobiernos que no han avalado los resultados electorales, Boric da por “seguro (que) por nuestra postura recibiremos (como es costumbre) insultos por parte de sus autoridades”.
“No saben que como decía Huidobro -‘el adjetivo cuando no da vida, mata’-, y ellos han asesinado la palabra democracia”, subrayó.
Puntualizó que “la dictadura de Venezuela no es la izquierda”, y frente a ésta “es posible y necesaria una izquierda continental profundamente democrática y que respete los derechos humanos sin importar el color de quien los vulnere”.
Es necesario “un progresismo transformador que mejore las condiciones de vida de su pueblo construyendo comunidad en vez de individualismo, encuentro por sobre polarización. Hacia allá caminamos en Chile”, concluyó.
El lunes 29 de julio, apenas el día después de las elecciones, Caracas ordenó el retiro de su personal diplomático de Chile, Argentina, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, luego de que estos países exigieran a las autoridades venezolanas transparencia en el recuento de los comicios presidenciales celebrados el domingo y en los que el Consejo Nacional Electoral (CNE), también controlado por el chavismo, le dio la victoria a Maduro.
Y el régimen exigió que esos gobiernos hicieran lo propio con sus representantes en la nación caribeña. Una decisión “propia de regímenes dictatoriales”, tachó entonces el ministro chileno de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren. La medida demuestra “una profunda intolerancia a la divergencia, esencial en una democracia”, deploraba aquella vez el Presidente Boric.