Jovany Campusano vive un presente feliz en Ñublense.
“El Chucky” ha sido el jugador más regular del Rojo, nominado a los equipos ideales de las fechas cómo lateral izquierdo, suena como candidato a las futuras nóminas de los microciclos de la Roja y es una pieza clave en el esquema del técnico Jaime García.
Pero para llegar a este dulce momento, tuvo que sufrir. Hace seis años, la tarde del 19 de diciembre del 2015, jugando por Deportes La Serena, una fractura de tibia y peroné, lo obligó a estar 11 meses fuera de las canchas y casi lo retira de la actividad.
“Daba más tarea que mi hija de cinco meses en ese tiempo. No podía hacer nada solo, caminar, me tenían que bañar, poner la ropa. Fue duro. Para Navidad me senté en la mesa, comí y me paré al tiro. Dolores físicos y sicológicos. La clave no es cómo te caes, sino cómo te levantas y con el apoyo de mi familia yo pude. Para el partido del otro día con Wanderers pensaba que hace años estuve en el hospital en Valparaíso y ahora estoy en el estadio en Primera”, evoca el resiliente Campusano, quien este sábado enfrentará a Deportes La Serena, el club que lo vio nacer y formó cómo futbolista.
“Es un partido lindo. Porque ahí me formé y me consolidé cómo jugador. Yo siento un cariño por la institución, pero me debo a Ñublense y vamos por un lindo resultado, para avanzar en la tabla, seguir pisando fuerte, sentimientos encontrados por el cariño y respeto a Serena, pero ahora mirándolo siempre cómo rival. Vamos a salir con los dientes apretados, a ganar cómo lo hacemos en todas las canchas”, anticipa “Chucky”, quien de plano, descartó gritar el gol si le marca a los papayeros.
“Por respeto, no lo haría, pero si lo marca otro compañero y nos sirve para ganar, sí, hay un respeto y cariño, pero quiero ganar este partido”.
Marcando a “Chupete”
El nativo de La Serena asume que una de sus tareas, cuando se cargue a su banda, será neutralizar a Humberto “Chupete” Suazo, experimentado delantero de La Serena.
“Yo veo harto fútbol y a los rivales. “Chupete” es un jugador que se recoge y puede picar a la espalda del lateral por derecha o izquierda. No hay que darle espacios, en el área puede ser letal. Hay que hacerle sentir la marca, porque son jugadores a los que les molesta la marca, pero les puede quedar una y te pueden marcar. Va a ser un rival difícil, con una dinámica parecida a la nuestra y la valla menos batida, pero nosotros siempre buscamos el arco rival”, analiza.
Microciclo
Consultado si creía que merecía estar en la reciente lista del microciclo de la Selección Chilena, Campusano confirma su mesura.
“Estoy trabajando para Ñublense, para consolidarme en Primera y si ese trabajo da para ser nominado a un microciclo, sería lindo. Pero siempre paso a paso, no me vuelvo loco, voy trabajando día a día para seguir creciendo”, acota.
Finalmente, confesó que de la mano de Jaime García ha crecido cómo jugador porque “me identifico con la intensidad que él busca, la parte física en el fútbol es hoy fundamental y trabajo día a día para defender y atacar”.
Campusano volverá a su tierra. Ahora vestido de diablo rojo, para hacer sufrir al Granate. El club que lo forjó y lo vio debutar en el 2011 en el profesionalismo
