La senadora por la región de Ñuble, Loreto Carvajal, reiteró su postura frente al proyecto del embalse Punilla en San Fabián, e insistió en que se deben buscar alternativas menos invasivas y que sean amigables con el ecosistema de la comuna cordillerana y permitan potenciar la actividad agroalimentaria.
“Estamos conscientes de la necesidad imperante de generar alternativas que nos permitan brindar riego en nuestra región; tanto en el secano y en todas las demás comunas donde, históricamente, hemos tenido problemas de sequía, pero creemos que esta búsqueda debe realizarse de manera respetuosa, responsable y sin que con ello, pasemos a llevar los derechos de las personas, que fue lo que, precisamente, pasó con el desalojó en San Fabián. No apoyaré la construcción de un proyecto tan inviable y nefasto como lo es el Embalse Punilla”, dijo.
Profundizando en esta línea, Carvajal agregó que: “Nos parece completamente irrisorio que algunos candidatos sigan apoyando un proyecto que ha demostrado ser nefasto desde sus inicios. Nefasto con el ecosistema, con la cultura arriera presente en la cordillera de San Fabián y con los vecinos, a quienes se desalojó de forma abrupta y pasando a llevar la mayoría de sus derechos”.
Para la senadora, seguir insistiendo en sacar adelante un proyecto que ha estado estancado por tanto tiempo y en el que, inclusive, se cometieron graves incongruencias en su diseño: “es algo lamentable; más aún, si se considera que durante el 2019, Astaldi, ex firma a cargo de la concesión del proyecto, reclamó al MOP por un error en el cálculo del volumen de agua del embalse, cercano al 10%. Este fue un error gravísimo, que dejó en evidencia que Punilla es un proyecto que partió mal desde sus cimientos y que nunca debió construirse en nuestra región”.
Por último, la senadora indicó que: “debemos de ser capaces de garantizar el riego mediante la búsqueda de opciones alternativas, que sean más amigables con el medio ambiente y que no generen tanto rechazo en la población donde se emplazarían dichos proyectos. Una de estas alternativas podría ser la construcción de tranques más pequeños, previa conversación y aprobación de las comunidades afectadas. Además, del correcto uso de los recursos públicos y programas destinados hacia esta materia”.