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Impacto generó la formalización de un bombero y un brigadista de la Conaf, por su eventual participación en el mega incendio que devastó gran parte de los cerros de Valparaíso, en febrero de este año.
El Juzgado de Garantía de Valparaíso los dejó en prisión preventiva, acusados de planear y ejecutar, al menos, 4 focos de incendios, todos concordados entre los dos, teniendo en conocimiento diversos factores que favorecerían la expansión del fuego, como la temperatura, el viento y la humedad.
En la audiencia de formalización, llevada a cabo hace poco más de una semana, se pudo determinar que, preliminarmente, los motivos habrían sido económicos, ya que los brigadistas cobrarían por horas extras combatiendo incendios.
En ese contexto, Francisco Mondaca, bombero acusado de ser el autor material de estos focos, se coordinó con Franco Pinto, brigadista de la Conaf, para ejecutar el plan y así verse beneficiados por el dinero que recibirían trabajando horas extras.
La evidencia fue tan contundente, que no existió duda de la confabulación de ambos, por lo que se decretó la prisión preventiva para los dos mientras dura la investigación. De hecho, un informe liberado por La Tercera, muestra que el brigadista recibió poco más de $420.000 por las horas extras de febrero.
El mega incendio de Valparaíso cobró la vida de 137 personas, dejó 4.500 casas destruidas y más de 12 mil damnificados.
Pero la interrogante surge al momento de revisar los motivos de fondo de este tipo de hechos y, si bien se considera aislado, es inevitable pensar en cómo no se pudo evitar.
Han surgido cuestionamientos al proceso de reclutamiento y voluntariado, como en las pruebas psicológicas y médicas, que garanticen el correcto desempeño de cada brigadista o bombero.
A su vez, también es necesario llevar el tema al ámbito local. Esto, porque en Ñuble los incendios son cada vez mas recurrentes en la temporada de verano, por lo que revisar los reglamentos internos de cada institución dedicada a combatir los incendios, da luces de cómo se está desarrollando el trabajo en la región.
En Ñuble, hay varias de esas entidades trabajando, tanto de manera autónoma, como la Conaf, que recluta a su personal, como otras que contratan empresas externas de brigadistas para combatir estos incendios, como la Corporación Chilena de la Madera (Corma).
En ambos casos, se tiene un reglamento interno y una rigurosidad que impide que estos hechos pasen, e indican que estos hechos son totalmente aislados y no deben manchar la reputación de cada brigadista que combate incendios.
Si bien en la región, durante la temporada 2023-2024 se redujeron notablemente los incendios en comparación con el periodo anterior, no deja de preocupar el aumento de este tipo de siniestros en la última década y el siniestro de Valparaíso, así como la posibilidad de que esto también pueda ocurrir en Ñuble.
El caso de Corma
Además del trabajo gremial que desarrolla Corma en representación de las empresas forestales y madereras que la conforman, también trabaja con empresas externas que ofrecen servicios en el combate del fuego en caso de algún siniestro, por lo que también están ligados con dichas entidades en ámbitos como la contratación de brigadistas y sus procesos de integración.
Alejandro Casagrande, presidente de Corma Biobío Ñuble, dejó en claro que las empresas “tienen implementado un riguroso proceso de reclutamiento para su personal de incendios”, lo que incluye diferentes pruebas.
“Este proceso contempla, en principio, una serie de evaluaciones que incluyen pruebas psicológicas, médicas y físicas, asegurando que cada candidato cumpla con los estándares necesarios para desempeñarse en su función”, explicó.
El dirigente detalló que, “una vez que los candidatos pasan las evaluaciones iniciales, deben aprobar un intensivo entrenamiento, que puede durar entre 15 y 20 días. Este proceso formativo es impartido por instructores calificados y acreditados, quienes se encargan de proporcionar al personal las habilidades y conocimientos necesarios para enfrentar de manera correcta estas emergencias”.
Casagrande afirmó que cerca del 50% de los brigadistas que trabajan con las empresas están contratados de manera indefinida, por lo que su labor se enfoca, además, en la prevención de incendios forestales.
“De los aproximadamente 4 mil brigadistas que trabajan con las empresas, cerca del 50% están contratados de manera indefinida. Así, estos profesionales no solo se dedican al combate de incendios en el verano, sino que también realizan labores de prevención durante el invierno (gestionando la vegetación y eliminando desechos) y faenas silvícolas”, indicó.
Respecto a las horas extras que puede tener un brigadista, señaló que, en ningún caso son ellos los que las solicitan y se permite, según el Código del Trabajo, un máximo de dos horas por día.
“Los brigadistas de las empresas socias están contratados dentro del marco de la ley, específicamente bajo las regulaciones establecidas en el Código del Trabajo. Este código regula aspectos como la jornada de trabajo, las horas de descanso, las funciones y las horas extraordinarias. En este punto, la ley permite un máximo de 2 horas adicionales diarias, y para el caso de los brigadistas, éstas son solicitadas por las centrales, en ningún caso por ellos directamente”, aseguró Casagrande.
Complementó que también hay un sistema de turnos, permitiendo “que haya personal disponible de manera continua a lo largo de todo el día, en especial, durante los momentos de mayor incidencia de incendios. Las centrales coordinan que, cuando una brigada termina su turno, otra brigada de relevo continúe el trabajo sin interrupciones”.
El líder gremial fue enfático al mencionar que el caso ocurrido en Valparaíso no debe empañar la reputación y credibilidad de las instituciones. Tampoco la de “los miles de brigadistas y bomberos que trabajan arriesgando su integridad y entregando sus vidas para defender a nuestras comunidades y sus bosques”.
Casagrande explicó que en ningún caso existen incentivos monetarios por trabajar más, dejando en claro que “no hay para las empresas que prestan servicios, ni para el personal contratado, por combatir más o menos incendios durante el verano. Los contratos son por la temporada y se negocian durante los meses de invierno, previo a la temporada, no después”.
“Debemos recordar que este tema es crítico para las empresas forestales. No podemos olvidar que, tal como lo hemos alertado en diversas instancias, el sector forestal en Chile está atravesando una profunda crisis, y una de sus principales causas son los incendios, negligentes e intencionales, que han cobrado la vida de personas y su patrimonio cultural rural, que en la última década han destruido un tercio de las plantaciones de nuestro país y una cantidad mayor de bosque nativo”, sostuvo el presidente de Corma.
El dirigente añadió que “las miles de hectáreas que se queman cada temporada significan una enorme pérdida, que para los pequeños propietarios resulta una sentencia fatal, y que tal como hemos venido anunciando, ha dejado ver sus efectos en la crisis de abastecimiento que afecta a pequeños, medianos y grandes aserraderos, forzándolos a suspender sus operaciones o incluso cerrar definitivamente”.