Un nuevo naufragio registrado entre Venezuela y Trinidad y Tobago dejó al menos 14 migrantes muertos, entre ellos tres niños, y un número indeterminado de desaparecidos, informaron las autoridades de ambos países este domingo.
Durante un recorrido de rutina, un patrullero guardacostas de Venezuela encontró el sábado por la tarde los primeros 11 cadáveres a 7 millas náuticas (13 km) de la costa de Güiria, una localidad remota en el extremo del estado de Sucre (noreste), desde donde normalmente salen embarcaciones con venezolanos que intentan emigrar a Trinidad.
Luego “en el día de hoy (domingo), haciendo seguimiento a los acontecimientos ocurridos, encontramos en la playa 3 fallecidos”, dos hombres y una mujer, informó el Ministerio venezolano de Relaciones Interiores en un comunicado.
El total de cuerpos hallados entre sábado y domingo asciende a 14, según las autoridades.
El gobierno señaló que “no se tiene hasta la hora conocimiento de que algún ciudadano manifieste la desaparición de un familiar”, sin confirmar estimaciones de personas a bordo.
La Guardia Costera de Trinidad indicó más temprano que la información preliminar sugería que el bote zarpó “el 6 de diciembre con más de 20 personas” a bordo, según un comunicado.
El diputado opositor Robert Alcalá, que representa al estado de Sucre dijo, basado en una minuta policial a la que tuvo acceso, que los cadáveres estaban amarrados entre sí, al parecer porque las personas trataron de protegerse en medio del fuerte oleaje, y en avanzado estado de descomposición.
Fueron trasladados a un muelle de la Guardia Nacional en Güiria y de allí a una morgue en la capital del estado, Cumaná, para su identificación.
Según la minuta que el legislador envió a la AFP, se rescataron el sábado los cuerpos de cuatro mujeres, otros tantos de hombres, dos de niños y una niña.
En la peligrosa travesía entre Güiria y Trinidad, un centenar de personas han desaparecido solo entre 2018 y 2019.
Alcalá denuncia la existencia de mafias de trata de personas que operan entre Venezuela y Trinidad y Tobago.
El parlamentario argumenta que los viajes ilegales hacia Trinidad no se han detenido por complicidad de autoridades que permiten las salidas clandestinas, muchas veces en precarias embarcaciones y con sobrepeso.
“Todos los cuerpos de seguridad se encuentran en la tarea investigativa sobre estos acontecimientos, por lo que no descartamos que haya vinculación con las bandas delictuales de la zona”, señaló Interiores en su comunicado.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, expresó por su parte “sentidas condolencias a los familiares de las víctimas”, al tiempo que ratificó “la necesidad de profundizar la lucha contra las mafias de trata de personas que promueven la ilegalidad”.
“Esfuerzo conjunto”
Alcalá indicó además que el bote “presuntamente estuvo detenido en Trinidad y lo regresaron a Venezuela”, como parte de las medidas migratorias que ha venido aplicando ese país ante la llegada de venezolanos que huyen de la crisis.
Pero rápidamente la Guardia Costera de Trinidad y Tobago descartó ese extremo, señalando que no había “interceptado ningún barco procedente de Güiria el 6 de diciembre, ni en ningún otro momento posterior”.
Por el contrario, señalaron haberse sumado a un “esfuerzo de búsqueda conjunto con las autoridades venezolanas”.
El pasado 28 de noviembre, las autoridades trinitenses deportaron a 160 venezolanos tras acusarlos de ingresar al país “ilegalmente”, pocos días después de una polémica repatriación por vía marítima que incluyó a 16 menores de edad.
La ONU estima que más de cinco millones de venezolanos salieron desde 2015 forzados por la aguda crisis, unos 25.000 eligieron como destino Trinidad y Tobago. El país insular, de 1,3 millones de habitantes, señala que facilitó el registro a 16.000 venezolanos.