Cuando comenzaba la pandemia en Chile, el destacado triatleta chillanejo, Mateo Mendoza, alcanzó a volver a Chillán, tras cuatro meses en Australia, país cuna de grandes exponentes del triatlón, donde perfeccionó su técnica en las tres disciplinas, ganó roce competitivo, pero también vivió una arriesgada anécdota que significó el susto de su vida.
En entrevista con el programa “Dimensión Deportiva” por Facebook live TV-Radio, de La Discusión, el destacado deportista local reveló que mientras nadaba en aguas abiertas, en el mar de australiano, estuvo rodeado de tiburones, mantarrayas y medusas.
“En Australia se ve mucho el tema de los tiburones. Cuando estaba allá trataba de zafarme de las clases de nado en aguas abiertas porque nadaba como cuatro kilómetros en el mar y me costaba. Un día unos amigos me dijeron que fuéramos a nadar al mar, porque estaba cerrada la piscina. No había ningún entrenador y mis amigos me dijeron que iríamos solos y llegaríamos hasta donde estaba una grúa y la apuntaron con el dedo. Yo calculaba como dos kilómetros. Yo pensé que iríamos por la orilla, considerando que sé que hay tiburones en el mar australiano. Entonces me di cuenta que estábamos nadando, nadando y estábamos al final como a 700 metros de la orilla y me di cuenta que habían tiburones, mantarrayas, medusas y todo lo que se pueden imaginar. Y los tipos nadaban súper tranquilos, mientras yo estaba asustadísimo. Después de eso quedé traumado y no quise ir a nadar en dos semanas”, relata ahora en tono de broma, aunque le costó superarlo.
Buscando la motivación
“Pocos sabían esto. Después hablé con mi sicólogo Eliot Brito y me dijo que debía superar esto, porque debía nadar en aguas abiertas, abordamos el tema de la competitividad y que tenía que aprender a ganarle a esa adversidad en aguas abiertas. El tema es que después de cada entrenamiento y si lo hacía bien, debía premiarme comprándome unos wafles que eran mis preferidos. De verdad no me daba nada antes nadar en aguas abiertas, más encima dos semanas antes de esto, habían informado en Australia que a un turista se lo había comido un tiburón. Y eso que me decían mis amigos ‘oye Mateo que le pones color si aquí no hay tiburones. Bueno, la fauna allá es exótica”, repasa el “Chico de Hierro” de Chillán, que combina sus clases online en un preuniversitario para estudiar medicina con sus entrenamientos que incluyen trote, bicicleta y nado en seco (con elásticos), vislumbrando el retorno a las competencias en diciembre.
Mendoza revela que trabajó la motivación para seguir entrenando en plena pandemia.
“Uno pierde el objetivo y quise volver a como entrenaba antes, fuerte, pensando en que si entreno bien, porque cuando entreno bien me va bien. Estudiar para la PTU y el entrenar me mantienen ocupada la cabeza entra cosa, me ayuda a despejarme, no estar tantas horas sentado en la silla con clases online y creo que me ha ayudado harto. Estas dos cosas han sido claves para mantenerme entrenando motivado.También agrega que su entrenador ha realizado varias actividades online, para mantener el entusiasmo de cara a la reanudación de las competencias.
“Utilizamos una plataforma que se llama Swift, que conecta los aparatos de la bicicleta como el potenciómetro, el velocímetro, banda cardíaca, donde hay competencias y uno puede competir en equipo o con otros. Puede salir a pedalear, tratando de asimilarlo a la realidad, ha sido entretenido, ha servido para mantener la motivación intacta”.
Objetivo post pandemia
A la hora de proyectar su máxima meta, post pandemia, reafirma que quiere llegar a unos Juegos Odesur o Panamericano, representando a Chile, más que para buscar una medalla, para vivir la experiencia de estar en una Villa Olímpica o de deportistas, ganando una experiencia inolvidable para aprender de sus referentes.
