El alcalde (s) de Quillón, Vladimir Peña, lo confirmó: “estamos creando una nueva ordenanza para presentársela al concejo y evitar, así, que estas cosas sigan pasando”.
Lo anterior es resultado del extravío de un grupo de excursionistas en el cerro Cayumanqui, quienes debieron ser rescatados por personal de Carabineros y de Bomberos, en horas de la noche.
Los jóvenes, todos entre 20 y 30 años, se habían organizado para realizar senderismo, entendiendo que no hay prohibición legal que se los impida, considerando que la comuna de Quillón no está en cuarentena.
“Acá hay cosas de sentido común. Todos nuestros esfuerzos están enfocados en evitar la propagación del Covid-19 en nuestra comuna, y además, a la hora en que ellos comunicaron a sus familiares y a Carabineros que se habían extraviado, había un incendio. Una casa se estaba quemando y hubo que dividir fuerzas para ir a rescatarlos”, advirtió Peña.
La autoridad comunal explicó que se analizará la opción de hacer extensiva esta normativa que restringe paseos recreativos al cerro en época de emergencia sanitaria, a otros puntos de atracción turística en la comuna, “porque necesitamos que las personas colaboren en evitar que existan más contagios. Incumplirla, lógicamente, tendrá multas de castigo, pero estos jóvenes, no se les podrá sancionar porque aún no está hecha la normativa, aunque sí se les infraccionó, porque más encima, andaban sin sus mascarillas”.
Oscureció antes
El capitán Luis Alberto Yévenes, subcomisario de Quillón, dice que desde su llegada a la zona, a principios del 2019, “nunca habíamos tenido un caso de extravío en el cerro, y de hecho es raro que personas que no sean parte de equipos de senderismo, o de actividades supervisadas por la municipalidad, se internen en el cerro”.
Gracias a que contaban con señal en sus celulares, los tres jóvenes se contactaron con sus familias y con personal de Carabineros, para informarles que no podían encontrar la ruta para salir del cerro.
“De hecho, nos enviaron la ubicación por el GPS del Whatsapp y mientras íbamos en su búsqueda, mantuvimos siempre contacto telefónico con ellos, lo que nos facilitó el hallazgo”, acotó el uniformado.
La explicación que entregaron fue que habían calculado mal la hora de bajada y se les oscureció antes, por lo que ante la escasa visibilidad que tenían en los faldeos, decidieron aguardar la llegada de los rescatistas en una quebrada.
Y dado que, como apunta el capitán, “hay que ponerse en todos los casos”, se llamó al personal de guardia de las torres transmisoras del cerro, cuya estación fue objeto de un atentado el año pasado.
“Pero nos confirmaron que no habían visto a nadie cerca. Por otro lado, ellos andaban con ropa e implemento de senderismo y no contaban con antecedentes penales. Eso también lo revisamos”, aclaró.