Como otra de las “herencias” de administraciones pasadas, calificó el alcalde, Camilo Benavente la deuda de casi $150 millones que la Municipalidad de Chillán mantiene con la empresa Esbbío, por el no pago de las aguas usadas desde los arranques instalados para el riego de diversas áreas verdes ubicadas en distintos sectores residenciales de la comuna.
Deuda que llegó a oídos del jefe comunal solo hace unas semanas, cuando algunos dirigentes sociales advirtieron a la municipalidad que no tenían agua para regar sus prados en los espacios públicos.
Conforme a información conseguida por LA DISCUSIÓN, la empresa proveedora de agua, en 2016 descubren que se instalaron medidores sin enrolar en algunos de los arranques que Essbío dispuso en estos lugares a solicitud dela Municipalidad de Chillán, por lo que de inmediato el caso empieza a ser tramitado por la Oficina de Ilícitos de la empresa.
Esto, porque, al no estar enrolados estos arranques, no se contaba con una manera de medir, ni por consiguiente de establecer una tarifa a cobrar, de la cantidad de agua ocupada.
Y hasta el momento, no hay claridad de quien o quienes instalaron estos medidores ni quien dio la autorización para hacerlo.
Una vez que representantes de la actual administración se enteraron de esta situación, fueron convocados por Essbío y consiguieron una reunión en la Oficina de Ilícitos, instancia en la que se buscó negociar el monto de la deuda y solucionar el problema de manera extrajudicial, ya que según Benavente, ya estaban preparando una demanda.
El escenario era aún más complejo si se entiende que para el momento en que la proveedora descubre la existencia de estos medidores, la municipalidad local ya arrastraba deudas por el no pago del uso de agua para regadío.
Consultada la empresa al respecto, a través de un comunicado de prensa, contestaron que: “la empresa mantiene una agenda permanente con la Municipalidad de Chillán para tratar todos los aspectos relacionados con el servicio que le brinda. En esta ocasión, se está llevando adelante una agenda de trabajo conjunto en temas comerciales, lográndose un buen avance, cuyo detalle es de carácter privado”.
Negociar la deuda
Conforme al alcalde Benavente, “nunca quedó establecido de quien era la responsabilidad” de pagar por el agua que se ocupaban en estas villas, ya que si bien estaban instaladas en espacios públicos, se había acordado que serían los propios vecinos quienes se harían responsables por la mantención de esos espacios.
Se trata de cerca de 30 arranques instalados en lugares como en ciertas villas del sector de Los Volcanes, en las Villas Toledo, Emmanuel, Barcelona y en algunos pasajes de calle Flores Millán.
“Como quedaron abiertos los arranques, las personas se pusieron a regar y esa agua que se ocupó nunca se pagó. Por más que Esbbío mandó cartas y envió oficios explicando la situación, nunca nadie pagó”, advierte Benavente.
Finalmente, se llegó a un acuerdo que establece que “sólo se nos va a cobrar un 30% del monto total, asunto por el que estamos muy agradecidos, y ellos se comprometieron a volver a activar los arranques, porque las plantas ya se estaban secando”, explicó.
Con acuerdo del Concejo se destinaron los recursos municipales con lo que se pagará la deuda, asunto que le fue comunicado a la empresa y ellos instalaron los arranques nuevamente este día sábado.
Ahora sí, quedó explícito y zanjado que será la municipalidad quien asuma el costo del agua utilizada para regadío en esos 30 arranques, cuya tarifa bordea los $40 mil pesos mensuales cada una, es decir, implican una boleta aproximada de $1.200.000.
Confusión vecinal
Emilio Acuña, dirigente vecinal del Barrio Toledo, dice que ellos advirtieron dificultades para acceder a los arranques, a los que de hecho les habían puesto llave.
“El problema es que se armó un triángulo entre la Municipalidad, la empresa y la Constructora Socovesa, porque cada uno responsabilizaba al otro, y lo malo es que pasó lo que tenía que pasar y nos cortaron el agua”, repasa.
En total fueron 19 los arranques que dejaron de funcionar por cerca de dos semanas y “si no fuera porque llovió un par de días y porque hubo harta colaboración vecinal, el parque habría sufrido más”.
Los vecinos en general, agradecieron que el problema se aclaró y se resolvió antes que comenzara a haber días más calurosos y que exigen un mayor proceso de regado y mantención en las áreas verdes de estos barrios que no forman parte de la licitación que se hizo para otros puntos de la comuna.