Un tenso momento se vivió este martes, en una nueva sesión del Concejo Municipal, donde el alcalde, Camilo Benavente, y el presidente de la Asociación Gremial de Circenses de Chile (Emarcich), Joaquín Gastón Maluenda (conocido popularmente como Tachuela Grande), entablaron una diferencia de palabras, debido que el presidente gremial acusa al municipio de no cumplir con las garantías básicas para que los circos puedan desarrollar sus eventos en la capital regional.
La circunstancia se generó luego que el concejal Juan López Aguilera (PR) propusiera delante del Concejo, la “regulación de la actividad circense en Chillán”, lo cual dió paso a Maluenda para expresar sus inquietudes a nombre de Emarcich ante el estrado municipal.
“Este tema (de la actividad circense) es relevante, porque tiene que ver con la actualización de algunas ordenanzas municipales y en este caso, pareciera que a nivel comunal estamos atrasados con la actualización de las ordenanzas del circo. Además, no nos debemos olvidar que existe la ley 16.216, la cual regula la actividad circense y pareciera ser que no se está cumpliendo acá”, expuso inicialmente López Aguilera hacia el alcalde.
Lo que dice la ley
La ley 16.216, mejor conocida como la “ley de los circenses”, en su tercer artículo (de siete en total, declara que “los circos deberán respetar y adecuar su funcionamiento a las regulaciones que, en conformidad a la ley, dispongan las instituciones policiales, la Superintendencia de Servicios Eléctricos y Combustibles, el Servicio Agrícola y Ganadero, los Servicios de Salud, los Planes de Higiene Ambiental, las ordenanzas municipales y, en general, las disposiciones establecidas para esta clase de eventos”.
“Vengo a exponer delante de ustedes la discriminación que ha recibido el circo chileno en este país, y la deuda pendiente que tiene nuestra sociedad con los circenses que en sus 200 años de historia han salido adelante a punta de esfuerzo y voluntad, no puede ser que en pleno año 2024 nos encontremos en las municipalidades ‘haciéndole un gallito’ a la primera autoridad comunal y al jefe del Departamento de Obras para tomar en consideración este caso”, declaró Maluenda frente al Concejo Municipal.
En esa línea, Benavente le aclaró al presidente de Emarcich que el municipio no está en la negativa de recibir a los circos a Chillán, sino que más bien se encuentra sujeto a normativas derivadas del Departamento de Obras Municipales, quién es el responsable de permitir los permisos necesarios para el desarrollo de las organizaciones circenses en la capital de Ñuble.
“Si es por nosotros (como municipio) siempre será bienvenida la llegada de un circo a Chillán, el problema pasa por normativas internas de funcionarios que tienen criterios; y créame don Joaquín, nos pasa todos los días. Por ejemplo, algo que está absolutamente regulado por años es la consecución de una patente comercial o de alcoholes; aquí siempre que vienen a solicitar alguna patente existen criterios y matices para aprobar la solicitud de ellas. En un mundo burocrático, no hay blanco o negro”, declaró el jefe comunal.
“Como nos compara con una ley de alcoholes, si somos Patrimonio de la Cultura. Nosotros somos como una etnia y la sociedad aún no lo entiende. Aquí se corta la luz y la población reclama inmediatamente por la recuperación del suministro eléctrico; nosotros pasamos semanas sin luz”, respondió el presidente de Emarcich.
El diálogo, que se extendió por al menos 15 minutos y tuvo la participación de otros concejales más el administrador municipal, concluyó con el alcalde sosteniendo un oficio en el que daba cuenta de las normativas faltantes (cinco de un total de ocho), con fecha el 20 de diciembre del 2023, que el circo del “Tachuela Grande” debe cumplir para acreditar su establecimiento en la capital regional.
Texto: Luciano Gallardo Aravena