Árboles secos, papeles, vasos, botellas y bolsas en los prados; grafitis en el monumento de Bernardo O’Higgins y además una carpa rodeada de basura instalada en pleno odeón, cuyas barandas ahora sirven para ventilar frazadas y sacos de dormir.
Esa descripción, por distópica que parezca, es fiel a lo que hoy cualquier persona puede advertir en la Plaza de Armas de Chillán, es decir, el corazón mismo de la capital regional y que alguna vez estuvo categorizada dentro de las plazas más lindas del país.
Desafortunadamente, en menor o mayor medida, ese mismo deterioro es el que se aprecia en otras plazas del centro, y en el equipamiento urbano de uso público como piletas y bancas, realidad que se arrastra desde hace unos pocos años, pero que pareciera ser una extensión de los grafitis y rayados que quedaron en muchos muros de la ciudad tras las manifestaciones del estallido social en nuestra comuna.
Es por esta razón que en la Municipalidad de Chillán ya están elaborando una serie de proyectos para mejorar la situación y renovar la cara del patrimonio cívico y social de la ciudad.
El administrador municipal, Richard Guzmán, explica que lo más cercano “es un proyecto para la reposición de dos plazas, en los que ya está trabajando nuestra Secretaría de Planificación, y pese a que esto no es tan sencillo ni tan rápido, también conversamos con el gobernador regional (Óscar Crisóstomo), para lograr a lo menos en un mediano plazo, la reposición de la Plaza de Armas”.
La otra plaza en carpeta es la Santo Domingo, cuya licitación para reposición está vigente y se espera que prontamente sea adjudicada.
Para la plaza mayor de Chillán, advierten, se requieren recursos que serán consecuencia de la calidad de la elaboración del proyecto, y con los que se espera poder contar en el primer trimestre del 2022.
“Sobre todo en nuestra Plaza de Armas, que significará una inversión bastante alta, pero entendemos que ya es muy necesario”, añadió.
Posterior a la misión de reponer las plazas mencionadas, se comenzaría a trabajar en proyectos tendientes de hermoseamiento de las piletas y bancas del centro de la ciudad.
“Las Ventanas Rotas”
Margarita Garrido, coordinadora (s) de la Oficina de Seguridad Pública Regional, cuenta que “paso todos los días por la plaza de armas, cerca de las 8.30 de la mañana y lo que veo es asqueroso”.
Esto en referencia a la situación de las personas que se instalaron con una carpa a vivir en el odeón de la plaza de Armas y que pese a las ofertas de diversas autoridades por reubicarlos en hospederías, hogares u otros sitios, sencillamente, se niegan.
“Cada mañana eso es un desastre, porque ellos hasta defecan en el prado, alrededor del odeón y es la pobre gente de Aseo y Ornato de la Municipalidad, quienes tienen que ir a limpiar eso”, agrega Margarita.
Más allá de la presencia de estas personas, la coordinadora hace referencia a la tesis de criminología, llamada Teoría de Las Ventanas Rotas.
“Y apunto con esto a que cuando los lugares públicos se empiezan a descuidar o a deteriorar como los vemos con claridad en la Plaza de Armas, las personas empiezan a perder el respeto por el entorno, y es así que comienzan a surgir incivilidades y actitudes que antes no eran comunes”.
A modo de ejemplo cita que a inicios de esta semana, junto con Carabineros y las patrullas de los drones de televigilancia advirtieron a personas que estaban bebiendo alcohol a plena luz del día, “por lo que se generó un operativo para poder detenerlas”, dice.
Este año, en la Plaza de Armas, también se ha detenido a personas por consumo y tráfico de drogas.
Ante este escenario, y pese a que el Plan de Recuperación, es un proyecto en conjunto entre la Gobernación Regional y la Municipalidad, Margarita Garrido dice esperar que la Coordinación de Seguridad Pública Regional sea invitada a participar de esos trabajos.
“Nosotros ya hemos un trabajo de prevención con los drones, guiados y supervisados por Carabineros, que se puede replicar en las plazas y lugares de alta afluencia de público, para evitar que una vez que se entreguen ya repuestas, sigan siendo objeto de incivilidades”.
Los campistas son eternos
Aunque no lo admiten abiertamente, tanto las autoridades municipales como de Gobierno, saben que sacar obligadamente tanto a la gente que vive en carpas en la Plaza de Armas y en la San Francisco, puede ser objeto de reprobación popular, funas en redes sociales y de riesgo de enfrentamientos entre Carabineros y civiles.
Lo cierto es que legalmente, nadie puede hacer uso para beneficio propio de los espacios de uso público.
Los de la Plaza San Francisco son un matrimonio que, afectados por una enfermedad crónica, llevan más de dos años ahí.
Los de la Plaza de Armas en cambio, son “personas que tienen adicciones y afecciones de salud mental. Ellos son tres personas entre 21 y 28 años, que vienen del norte, presumiblemente de San Fernando y eran antiguos usuarios del Sename”, explica Doris Osses, seremi del Ministerio de Desarrollo Social.
Aunque la Mideso, como personal de la Dideco, han intentado conversar con ellos para persuadirlos a abandonar el odeón, “sencillamente se niegan, dicen que ellos son pareja y en las hospederías no les dejan entrar alcohol, ni permanecer juntos, entonces ellos no quieren separarse”.
De todas formas, en la Municipalidad dicen que “se insistirá en que hagan abandono del lugar de manera voluntaria, si no lo hacen ya tendremos que desalojarlos porque no pueden quedarse ahí para siempre”, aclaró Richard Guzmán.
¿De quién es la pileta?
Finalmente, hoy en la municipalidad están revisando los documentos que especifiquen si la pileta ubicada frente a Correos de Chile pertenece al municipio o es parte del edificio de la Gobernación Regional, ya que si bien la última mantención estuvo a cargo de la entidad comunal, en épocas de la exintendencia se determinó que la mantención era resorte del Ministerio de Vivienda.